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Actualizado: 30 de abril de 2025
El 20, un día después de nuestra batalla, entró José en Madrid, y aunque la recepción glacial que se le hizo le causara suma aflicción, aún le parecía que el buen momio de la Corona duraría bastante tiempo.
Relimpio no podía disimular una aflicción honda que tenía su asiento en la región cardíaca. Parecía atacado de un aplanamiento general. Melchor dijo mil groserías de la ahijada de su padre, y las dos chicas, contenidas por el pudor, no dijeron nada. Y tú, ¡oh lector!, ¿qué dices? Yo te ruego que no sigas a esta familia por el peligroso sendero de los juicios temerarios.
La señorita de Delgado siguió de esta manera: Si recuerdo en la noche solitaria el nombre de la prenda de mi amor, se presenta hechicera a mi memoria la imagen de su rostro encantador: y tú eres, esperanza, quien me anuncia que amante corresponde a mi pasión, y sólo tu dulzura es quien mitiga mi tormento cruel y mi aflicción.
Pero era un buen muchacho y hombre de bastante talento, e hizo, a su vez, algunos razonamientos acertados al notario, para consolarle en su aflicción. A su entender, M. de Villemaurin ponía las cosas peor de lo que ya estaban: existían otros recursos. Decir a M. L'Ambert que quedaría desfigurado para toda su vida, era desesperar demasiado pronto de la ciencia.
Yo no tengo a nadie en el mundo más que a la señora, y sus hijos son mis hijos, pues como a tales les quiero...». Otra vez Benina al servicio de Doña Francisca Juárez, como criada única y para todo, pues la familia había dado un bajón tremendo en aquel año, siendo tan notorias las señales de ruina, que la criada no podía verlas sin sentir aflicción profunda.
Mayor era aún la aflicción de Juanita al notar que el sacrificio de don Paco le era cada día más agradable.
15 Se han revuelto turbaciones sobre mí; combatieron como viento mi voluntad, y mi salud como nube que pasa. 16 Y ahora mi alma está derramada en mí; días de aflicción se apoderan de mí. 17 De noche taladra sobre mí mis huesos, y mis pulsos no reposan. 19 Me derribó en el lodo, y soy semejante al polvo, y a la ceniza. 20 Clamo a ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes.
La aflicción del niño había desaparecido, con esa dichosa rapidez con que se suceden en la infancia emociones a emociones.
Cuando parte de esta historia fue contada, al joven le faltó poco para que se le saltaran las lágrimas. La tierna criatura sin más amparo que su madre pobre, la aflicción de esta al verse abandonada, eran en verdad un cuadro tristísimo que partía el corazón. ¿Por qué no le citó ante los tribunales? Es lo que debía haber hecho. A estos tunantes hay que tratarles a la baqueta.
El te amará, pero no pensará en otra cosa que en quererte, mientras que yo pensaré en hacer que vivas.» 17 de mayo «¡Desdichado de mí! »Se desvanecieron otra vez mis sueños; volaron todas mis ilusiones. »Cuando me levanté confiaba en pasar un día feliz, y Dios había dispuesto que fuese de aflicción y de dolor. »Amaury ha venido como siempre esta mañana.
Palabra del Dia
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