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Suspiró la bella indiana, porque se la representó que aquella tranquilidad de sueño no convenía, como ella hubiese querido, con las congojas y con la inquietud, de ella no conocidas hasta entonces, que de sus ojos habían ahuyentado el sueño; y acordándose de que le había encontrado dormido antes, cuando fue a sacarle del cuarto en que le había encerrado para ir a hablar con el familiar del Santo Oficio, se la apretó el corazón, y sobresaltose su vanidad, y fue necesario que se acordase de las amorosas razones y de las encendidas miradas de su amado, para que en alguna manera se la endulzase el amargor que en su alma había sentido.

Porque el juicio y castigo de Dios á quien solo se sujetan y temen, le miran tan de lejos, que apenas le descubren no acordándose por cuan flacos medios vienen á ser castigados, pues la mano de un hombre resuelto suele quietar Reynos y vidas.

¡Pobre coronel!... Hasta entonces había procedido como el sacerdote que se embriaga con sus propias oraciones y en propio incienso, sin pensar á quién los dedica. Había preparado este acto con el fervor ciego de un profesional que reanuda sus funciones después de varios años de inacción, y sólo piensa en ellas, no acordándose del que se las encarga.

Le llamaba más la atención las barracas hediondas del muelle Anaos que los grandes docks del Támesis; y acordándose de la romería del Carmen, era capaz de echarse á llorar en medio de Hyde-Park, si en él se encontraba el domingo siguiente al día 15 de Julio. Figúrense ustedes lo que sería este hombre cuando hallaba en extranjis, como él decía, un paisano suyo.

Divididos los capitanes en los sitios de Nona, y Megarix, el infante D. Fernando, hijo del rey de Mallorca, con cuatro galeras llegó á Galípoli, por órden del rey de Sicilia D. Fadrique, porque juzgó que importaba para el aumento de su casa enviar persona puesta por su mano que gobernase el ejército de los Catalanes de Thracia, pues ellos mismos le habian llamado y prestado juramento de fidelidad, no acordándose quizá de que esto habia sido cinco años antes, cuando la necesidad les obligó, y que entonces pudiera haber dificultad en admitirle.

Llamaba los chicos a los que habían salido al bosque. ¡Es verdad! ¿Qué era de ellos? Hay que buscarlos.... Se van a poner perdidos exclamó Quintanar, acordándose de su mujer, lleno de remordimientos por no haberlo dicho antes. El Magistral no pensaba en otra cosa, pero callaba.

A Fortunata se le comunicó el entusiasmo. ¡La religión! Tampoco ella había caído en esto. ¡Cuidado que no ocurrírsele una cosa tan sencilla...! Lo particular era que veía su purificación como se ve un milagro cuando se cree en ellos, como convertir el agua en vino o hacer de cuatro peces cuarenta. «Dime una cosa preguntó a Maxi, acordándose de que era bella . ¿Y me pondrán tocas blancas?».

Mas de pronto, acordándose el valentón de lo que había sido, y encendiéndose su sangre toda ante la idea de que iba á morir sin honra ni provecho, tuvo un arrebato vehementísimo, y sacando un cuchillo que oculto llevaba, fué su primera acción acometer al alcaide de la cárcel, Antonio Brito, que estaba más próximo, hiriéndole de una terrible puñalada que lo derribó, y al punto, sin perder instante, cogió una espada á otro sujeto, y armado de ella subió las gradas del estrado con intención de asesinar á sus severos jueces.

El primer viaje de la guerra equivalía á diez de los anteriores; el segundo tal vez proporcionase ganancia como veinte. Y se alegraban por Ferragut, con el mismo desinterés que su primer oficial, acordándose de los malos negocios de antes. Los maquinistas ya no eran llamados al camarote del capitán para idear nuevas economías de combustible.

Qué júbilos de alegría sentía en el corazón y qué lágrimas de consuelo le corrían de los ojos al P. Caballero, confiesa él mismo que no lo podía explicar, acordándose que aquellos mismos que ahora con tanta veneración adoraban la cruz, y en ella á Jesucristo, eran los que poco antes adoraban á los demonios feos y abominables.