Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 29 de mayo de 2025


El fisco, cual furioso león hambriento, devoraba judíos, devoraba moros, y de tan rico manjar no quedaban ni los huesos. Otro tanto acontecía con el pueblo. Flaco y roído hasta los tuétanos, pedía un milagro que hiciera llover oro.

Y en efecto, para perder el juicio era lo que a Cervantes le acontecía; que por más que él hubiese confiado en su hasta entonces buena fortuna con las mujeres; por más que grato asombro y anhelo hubiese visto en las miradas y en el semblante de doña Guiomar, cuando pasajeramente se la había aparecido, habíale puesto en grandes cuidados y confusiones el considerar que una dama tan principal y tan rica, como doña Guiomar lo parecía, y tan celestialmente hermosa, y tan en el tiempo, por su lozana juventud, de los amorosos y soñados deseos, tener debía quien la sirviese y enamorase, y tal vez tratado de casar con ella estuviese, máxime viviendo en la populosa y opulenta Sevilla, patria y asiento de tanto rico, noble y galán caballero; allí donde todo, el cielo y la tierra, el sol ardiente y la hermosura y la frondosidad de los árboles, y las limpias aguas, a amar convidan.

Cierto es que á veces transcurrían semanas enteras sin que las miradas de la criaturita se fijaran en la letra escarlata; pero también es cierto que lo contrario acontecía cuando menos se esperaba, y siempre con aquella sonrisa peculiar y la extraña expresión de los ojos de que ya se ha hablado.

Y luego, al salir a escena, ¡cómo caerían sobre su cuerpo las miradas! ¡Qué vergüenza!... En cambio, no se reirían de ella, cual les acontecía a algunas de sus compañeras que tenían los brazos flacos, las piernas torcidas, las caderas desconcertadas y el escote huesoso.

Si nos acontecía llegar en el momento de abrir a alguno la sepultura, todos echábamos un puñado de tierra en la fosa del patriota, que bien pronto desaparecía en la vasta superficie del campo, no quedando huella ni marca alguna en el suelo, como no queda noticia del heroísmo individual en la Historia. Nuestras pesquisas por todo el campamento no dieron resultado alguno.

La dama tomó la cartera y el brazalete de sobre la mesa, desapareció por la puerta de los tapices, y estuvo gran rato fuera dando tiempo con su tardanza á que Juan Montiño, yendo y viniendo en su imaginación con todo lo que le acontecía, con todo lo que sentía y con la noble, dulce y resplandeciente hermosura de la incógnita, acabase de volverse loco. Al fin la dama apareció de nuevo.

Gritó la moza, bajó el bachiller, Dios solo sabe en qué apariencias, metieron adentro a Cervantes, y desnudáronle y acostáronle. Contoles Cervantes lo que le acontecía, y con tal encarecimiento de dolor y de desesperación, que no parecía sino que para él todo en el mundo había acabado.

Temblando como una azorada, entró Kate, la doncella inglesa, a participarle lo ocurrido; pareció entonces azorarse mucho la dama, como si de nuevo la cogiese, y quiso a toda prisa avisar al marqués de Butrón lo que acontecía.

A pesar de estas raras dotes, Barbarita, si alguna vez le encontraba en la calle o en la tienda de Arnaiz o en la casa, lo que acontecía muy pocas veces, le miraba con el mismo interés con que se puede mirar una saca de carbón o un fardo de tejidos.

Lerma estaba tan trastornado con lo que le acontecía, como con sus asuntos el cocinero mayor. La duquesa de Gandía, por el momento había interpuesto en balde, respecto á Quevedo, su influencia para con el duque. Este se hizo conducir en derechura á casa de la Dorotea.

Palabra del Dia

bagani

Otros Mirando