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Actualizado: 11 de junio de 2025
Los Genoveses hicieron una cosa bien hecha; porque luego que tomaron las galeras Catalanas se vinieron á Pera, sin querer entregar ningun prisionero á los Griegos, ni vender cosa de la presa, aunque el Emperador les acarició y honró.
Con esto Berenguer sin advertir en lo pasado, y en los daños en que su confianza le habia puesto, se fué á la Capitana, donde Eduardo de Oria con otros muchos caballeros le recibió y acarició. Comieron y cenaron juntos con mucho gusto y amistad, tanto que Berenguer se quedó á dormir en la Capitana, prosiguiendo hasta muy tarde algunas platicas en razon de su conservacion.
Enmudecido acarició él aquella linda cabeza, ya inclinada por el infortunio, y la niña, viéndole callado y afligido, saboreó la amargura del desengaño irremediable. En aquellos cuatro años transcurridos, Salvador visitaba a Carmen muchas veces.
»He aquí mi mayor ambición de hoy; ambición que acaricio años ha, y que tus noticias y tu presencia han venido á provocar hasta el extremo de hacerme tomar una resolución invariable. Ahora bien: mientras olvido mis hábitos de mundo, mientras me aclimato á ese paraíso de tus valles, necesito tu compañía, un rincón en tu casa y un puesto en tu mesa; pero sin que en tu sistema de vida hagas la menor alteración, sin que mi presencia aumente un solo manjar á tus comidas. Con estas condiciones aceptaría tu hospitalidad. Para regalarme con el veneno de nuestras cocinas y con la vida muelle de estos gabinetes, me quedaría en la corte.
¡La que tiene una mano tal...! dijo para sí Montiño. Y acarició con deleite en su imaginación el resto de un pensamiento. Asido por la dama, seguía subiendo. Terminada la escalera, atravesaron un espacio que debía ser estrecho, porque el traje de la dama, ancho y largo, chocaba con las paredes. La dama se detuvo y abrió con llave una puerta. Pasaron y la dama tornó á cerrar. Y siguieron adelante.
No guardaron proporción la falta y el modo de expiarla: fue víctima dos veces sacrificada al egoísmo ajeno: una para satisfacer la ilusión del amor; otra para contribuir a la comedia del decoro: llegando en medio del dolor a tal punto su pureza de pensamiento, que jamás acarició la idea de engañar a un hombre para encubrir su desventura.
Y acarició el contorno de la botella con mano amorosa. Su rostro parecía iluminado por una extraña lucidez, que iba en aumento según ella bebía. Al verse dueña de todo el whisky deseaba quedar sola para paladearlo sin prisa, y dijo á Robledo: Váyase y no se acuerde de mí.
Durante largo rato seguí con los ojos las llamaradas, que la obscuridad concluyó también por absorber. El reloj dio las nueve y el viejo doctor entró. Permaneció mucho rato sentado en mi silla, silencioso, después me acarició la mano al despedirse y dijo: Continúe usted con el fenol, toda la noche.
Y Martín, con sus palabras, llegó a infundir ánimo en su mujer, acarició al niño, que le miraba sonriendo desde el regazo de su madre, abrazó a ésta y, montando a caballo, desapareció por el camino de Elizondo. Martín llegó al alto de Maya al amanecer, subió un poco por la carretera y vió que venía la tropa. Se reunió con Briones y ambos se pusieron a la cabeza de la columna.
Con el pensamiento corrió hasta esa arma familiar, la empuñó con la imaginación y la acarició. Pensó en seguida en el mar que batía muellemente la ladera del jardín.
Palabra del Dia
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