Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de junio de 2025


Pero no quiero que llegue, y busco en tus ojos luz de amor perenne, amor que no acabe, ¡amor que viva siempre!... Una cosa voy a pedirte.... No una, dos. ¡Cuánto quieras, Linilla!

La Pepa dijo: Si el asado no se come ahora, se reseca y se quema... Viendo que la segunda fosa no se concluía, decidiose el Chucro a comer antes de enterrar a Peñálvez... Pero estaba en los primeros bocados, cuando éste se detuvo... ¿Por qué no seguís? preguntole. Ya acabé... contestó Peñálvez, verdaderamente sonámbulo.

No fuera prudente sostener que en este admirable retrato, aunque todavía a trechos algo duro y seco, acabe la primer manera del pintor; porque ni en lo general las formas artísticas, ni en lo particular los estilos personales empiezan ni terminan bruscamente sino por gradación; pero se puede afirmar la superioridad indiscutible del cuadro con relación a cuanto hasta entonces había pintado Velázquez, a lo menos de lo que se conserva.

-Ande, señor gobernador -dijo otro-, que más el miedo que las tablas le impiden el paso; acabe y menéese, que es tarde, y los enemigos crecen, y las voces se aumentan y el peligro carga. Por cuyas persuasiones y vituperios probó el pobre gobernador a moverse, y fue dar consigo en el suelo tan gran golpe, que pensó que se había hecho pedazos.

Decía Cabra a cada sorbo: "Cierto que no hay tal cosa como la olla, digan lo que dijeren; todo lo demás es vicio y gula." Acabando de decirlo echóse su escudilla a pechos, diciendo: "Todo esto es salud y otro tanto ingenio." "¡Mal ingenio te acabe!" decía yo entre , cuando vi un mozo medio espíritu y tan flaco, con un plato de carne en las manos, que parecía la había quitado de mismo.

Indudablemente no era ella, como no es ella ese blanco fantasma que veo algunas veces durante mi delirio de pie e inmóvil junto a mi lecho. Acabé de fastidiarme en París. Más aún, empecé a sentir un deseo punzante de ver a Amparo. Como estaba acostumbrado a hacer mi voluntad, apenas el deseo de verla se me hizo exigente; me puse en camino.

Puse en la mesa de don Carlos el paquete de periódicos; volví a mi asiento; acabé los apuntes empezados, y en seguida leí mis cartas. Una era de cierto condiscípulo mío que solía escribirme de tiempo en tiempo, la otra de la tía Pepa que me decía: «Carmen va muy bien. Sarmiento viene todos los días, y está contentísimo, porque la pobrecilla come y duerme a las mil maravillas.

Sólo permaneció en la mesa una carta comenzada. «Liette.» ¿Liette? ¡La había olvidado! «Voy a hablar a mi madre, le escribía aquella misma mañana; cuando acabe estas líneas será usted mi prometida a mis ojos como a los suyos. «¿Late su corazón de usted más de prisa en esta hora en que me juego más que la vida y se acuerda un poco del que no piensa más que en usted?

«Yo he enviado hoy á mi hijo á hablar á Mos de Villarroel, y hale respondido con mucho favor y gracia, que esta mañana habló al Rey y que le respondió que era necesario que V. E. y él se hallasen con S. M. juntos para resolver esto... Resta, señor, agora que V. E. acabe de sus manos con Mos de Villarroel este milagro, que mi corta ventura es tal, que milagro es menester para resolución que haya de ser en mi favor.

Yo que «viste mucho» eso de darse a filosofías spencerianas y diferir con los pobres de espíritu que creemos en Dios y sostener que descendemos del mono aunque no sepamos de dónde desciende el mono, y aunque se acabe por llamar al confesor en cuanto aparecen viruelas. Será así; yo me quedo con mis ideas evolucionistas.

Palabra del Dia

lanterna

Otros Mirando