Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de mayo de 2025
Luego, ¡menos gastos! ¡si en aquella casa nunca se acababa de pagar sus cuentas! ¿se figuraba, acaso, que tenían algún tesoro escondido? Ni la rentita de las cédulas, ni el sueldo de don Pablo alcanzaban para cubrirlas. La situación de la familia no permitía aquellas ruinosas liberalidades, de que él abusaba; ¿a dónde iban a parar por aquel camino? El joven dió un bostezo.
Entonces Gallardo la tocaba el hocico con un pie, o quitándose la montera la depositaba entre sus cuernos. Otras veces abusaba de la estupefacción del animal, presentándole el vientre con audaz reto, o se arrodillaba a corta distancia, faltándole poco para acostarse bajo sus hocicos.
Era el más ferviente admirador de Gallardo, aunque abusaba de las confianzas de la intimidad, permitiéndose advertencias y críticas. De encontrarse él en la piel del maestro, lo hubiese hecho mejor en ciertos momentos. Los amigos de Gallardo hallaban motivos de risa en las ambiciones fracasadas del mozo de estoques, pero él no prestaba atención a las burlas. ¿Renunciar a los toros?... Jamás.
Hasta lo echaba en la sopa. D.ª Tula, con empalagosa solicitud, se lo advertía. ¡Don Oscar! ¡don Oscar! Déjeme usted, doña Tula. Atienda usted a su estómago, y no se meta en el de los demás respondía con su voz formidable el enano, trayendo hacia si la vinagrera. En cambio, D.ª Tula abusaba fuertemente del azúcar.
Nuestra heroína logró modificar también el desorden abominable con que solían terminar los banquetes, cuando se abusaba del onfacomeli y del buey vivo. El desenfreno era tal, que el pudor de donna Olimpia hubo de sublevarse, transmitiendo tan honrada sublevación a su esposo.
Frisaba ésta en los cincuenta, pero no estaba mal conservada, y apoyada sobre el pedestal de una más que regular fortuna, parecía a los ojos de sus amigos como una diosa. Bien persuadida estaba también ella de su influencia fascinadora, y por eso abusaba; quizá se juzgase digna de un marido más fresco y juvenil.
En su calidad de tío carnal, estaba autorizado para usar con la muchacha ciertas familiaridades que no les serían permitidas a otros hombres D. Jaime usaba y abusaba. Como vivía bajo el mismo techo y estaba en continuo contacto con ella para todos los menesteres de la vida, se aprovechaba lindamente de sus facultades muy más de lo que haría otro tío menos sucio. «Rosita, tráeme esto.
El marqués de Vegallana era en Vetusta el jefe del partido más reaccionario entre los dinásticos; pero no tenía afición a la política y más servía de adorno que de otra cosa. Tenía siempre un favorito que era el jefe verdadero. El reaccionario creía resolver sus propios asuntos y en realidad obedecía a las inspiraciones de Mesía. Pero este no abusaba de su poder secreto.
Aunque no abusaba, sabía usar perfectamente de la intimidad que el egregio huésped la concedía; se autorizaba con él alguna bromita de buen género, que hacía, no obstante, estremecer de susto a don Rosendo. Conocía que era la preferida y comenzaba a coquetear.
Don Custodio iba á protestar: aquel Simoun era verdaderamente un grosero mulato americano que abusaba de su amistad con el Capitan General para insultar al P. Irene. Verdad es tambien que el P. Irene tampoco le habría soltado por tan poca cosa.
Palabra del Dia
Otros Mirando