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Actualizado: 27 de julio de 2025


Después de Chorrillos, era necesario marchar, sobre Arequipa, ocupar firmemente el Perú entero, esto es, proceder a la prusiana. Chile se ha estrellado contra esa imposibilidad material; sólo es dueño de la tierra que pisan sus soldados, pero sus soldados no son numerosos y en cada encuentro, aunque la victoria le quede fiel, sus filas clarean y no es ya posible reemplazar las bajas.

Mandó Oyolas fabricar prontamente ocho bergantines y algunos botes, y dejando 160 españoles en guarda de los cuatro navios grandes, y por su capitan á Juan Romero, con racion de un cuarteron de pan para un año, y que si mas quisiesen, lo buscasen, se embarcó con 400 hombres. Como subieron navegando por el rio Paraná ó de la Plata, con los 400 soldados.

Los soldados nombraron seis de su parte, y los de la tierra otros tantos, para que de comun parecer y acuerdo se pusiese precio á las vituallas: porque encareciéndose más de lo justo fuera gran descomodidad para los soldados, y dándose á un precio muy bajo no resultase en notable daño de los huéspedes, á más que faltára el comercio y provision ordinaria que acudia de todas partes con abundancia.

Pasaré por alto las crueldades con que desde el rompimiento de hostilidades trató el General Otis á los filipinos, fusilando sigilosamente á muchos que no quisieran firmar el escrito, pidiendo la autonomía; nada diré de los abusos de fuerza, que los soldados americanos cometieron contra inocentes é indefensos vecinos de Manila, fusilando á niños y mujeres por estar asomados á los balcones; allanando domicilios á media noche; descerrajando arcas y aparadores, y llevándose dinero, alhajas y cuantos objetos de valor encontraban, rompiendo sillas, mesas y espejos que no se podían llevar, porque al fin y al cabo, son consecuencias de la guerra, aunque impropias de un ejército culto; pero lo que no pasaré por alto, es la inhumana conducta observada por dicho General con el ejército filipino, cuando para arreglar un tratado de paz con la Comisión civil presidida por Mr.

Despues de estas primeras cortesias, se sentaron á razonar y discurrir sobre las materias de las paces; y entre otras razones, dijo uno de los tres caciques: Padre, todos los indios principales desean la paz, aunque el pueblo y los soldados no se pueden persuadir de que los españoles la quieren y la desean.

No pudo suceder á Don Fadrique cosa que más le importarse para la seguridad y quietud de su nuevo reinado, que librar á su pueblo de las contribuciones y alojamientos de huéspedes tan molestos, como suelen ser los soldados mal pagados.

Eran combatientes de profesión, soldados que en tiempos de paz vivían peleando en las colonias, perfiles enérgicos, rostros bronceados, ojos de presa.

Seamos, si es preciso, como aquellos mártires que desafiaban a los procónsules romanos, y ya sabéis que estos procónsules eran como ahora los gobernadores civiles. ¿Y hemos de ser soldados para servir de ornato y servidumbre a ministros impíos, para obedecer a sacrílegas Asambleas que decretan la asquerosa libertad de conciencia?

El Ejército, por su parte, ha demostrado hasta la saciedad que no tiene superior en el mundo; y si sufridos, heroicos é incansables son los soldados, brillante y digna de encomio es la oficialidad. Pero yo no he venido á Oriente para fungir de monigote y por lo tanto paréceme oportuno echar á un lado el incensario, para entregarme á la inefable tarea de criticar. ¿A quién, á quiénes? ¡Qué yo!

Palabra del Dia

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