Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de julio de 2025
7 Y sus varas se meterán por los anillos; y estarán aquellas varas a ambos lados del altar, cuando hubiere de ser llevado. 8 De tablas lo harás, hueco; de la manera que te fue mostrado en el monte, así lo harán. 9 Asimismo harás el atrio del tabernáculo: al lado del mediodía, al austro, tendrá el atrio cortinas de lino torcido, de cien codos de longitud cada lado;
En el atrio charlaban grupos de mujeres con niños de pecho raquíticos, que gritaban de frío, sin inquietar por eso a sus madres. Un automóvil de librea, llegando como exhalación, paraba sin ruido frente a la iglesia. Damas abrigadas con pieles que les ocultaban el rosado rostro, bajaban difundiendo un aire de elegancia y de riqueza. Pasaban por en medio del pobrerío.
Era un individuo correctamente vestido de negro, de levita perfectamente abrochada y sombrero de copa, y llevaba bajo el brazo un bastón, cuya contera reluciente brillaba con los primeros rayos de luna que comenzaba a alzarse sobre el atrio de San Miguel. En el suelo y ante él, estaba un pequeño paquete y al lado el cajón de la basura, perteneciente a la casa en cuyo umbral se había detenido.
12 Y en el gran atrio alrededor había tres órdenes de piedras labradas, y un orden de vigas de cedro; y [así] el atrio interior de la Casa del SE
La avasalló un deseo ardiente de compartir con él todo lo que se agitaba en su alma. Pronto Lucía los dejó solos junto a la iglesia cuyo atrio había quedado desierto. Escúcheme, Julio comenzó ella hasta ahora nunca he alcanzado a decirle lo que significa usted para mí... No importa, Adriana. Las palabras hubieran tal vez empobrecido la claridad que de usted me llega.
Llegado á los escalones que conducían al atrio saltó de su caballo, y apartando bruscamente á la sorprendida abadesa, dirigióse el doncel al punto donde se hallaba la novicia y extendiendo hacia ella sus brazos, exclamó con amoroso acento, en el que palpitaba profundísima emoción: ¡Constanza! ¡Roger!
En el entreacto, el príncipe se marchó furtivamente, temiendo encontrarse con don Marcos y que su presencia le amargase una tarde feliz. Además, no le interesaba la ópera ni aquel cantante tan alabado. Atravesó el gran atrio de columnas de jaspe que sostienen una galería con balaustres rematados por candelabros de bronce. En un extremo, sobre tableros, estaban las últimas noticias.
7 Luego pondrás la fuente entre el tabernáculo del testimonio y el altar; y pondrás agua en ella. 8 Finalmente pondrás el atrio en derredor, y la cortina de la puerta del atrio. 10 Ungirás también el altar del holocausto y todos sus vasos; y santificarás el altar, y será un altar santísimo. 11 Asimismo ungirás la fuente y su basa, y la santificarás.
D. Miguel, que desde adentro había creído percibir alguno de los extremos de este discurso, se empeñó en salir al atrio por ver su demostración; pero se lo impidieron D. Narciso y el sacristán. Lleváronle a la sacristía, y allí le tuvieron entretenido hasta que desapareció el peligro. Al salir la gente del templo, el sol nadaba en el espacio azul, bañándolo de luz y de alegría.
Salían del atrio para adoptar fieras posturas, con las manos en la faja y la cabeza erguida, ante los grupos de mujeres. En ellos estaban las amadas atlotas fingiendo indiferencia y contemplándolos al mismo tiempo con el rabillo de un ojo. Poco a poco iba disolviéndose esta masa de gentío. ¡Bon dia!... ¡Bon dia!... Muchos no volverían a verse hasta el domingo siguiente.
Palabra del Dia
Otros Mirando