United States or Bulgaria ? Vote for the TOP Country of the Week !


Duró aquel orden de cosas muchos meses, tal vez un año; no podría determinarlo porque corresponde a un período de mi vida, de tal modo confuso y agitado, que de él no me ha quedado más que el sentimiento vago de una gran perturbación que continuaba sin ningún accidente notable que sirviera para establecer una medida. Abandonó París para ir a los baños de Alemania.

Si el sugeto de las proposiciones, qualesquiera que sean, es universal, la proposicion toma este nombre, y se expresa con la voz omnis todo, nullus ninguno: si es particular, se llama así la proposicion, y se expresa por las voces quidam cierto, aliquis alguno: si es singular será singular la proposicion, y se expresa con la voz hic este: si el sugeto es indefinido, esto es, no lleva ninguna de las significaciones propuestas, es menester determinarlo para que se sepa si es verdadera, ó falsa la proposicion.

Es cierto que la relacion del efecto á la causa es una relacion de dependencia; pero ya hemos visto que estas palabras, dependencia, enlace, condicion etc. son susceptibles de sentidos muy diversos; si estos no se fijan con claridad y precision, las cuestiones no pueden menos de embrollarse. Con las observaciones que preceden, podremos determinarlo sin mucha dificultad.

La circunstancia de haberle nombrado veedor de las obras que se hacían en la torre vieja del Alcázar para fabricar la pieza ochavada, de que hablan los documentos del archivo real, debió de favorecer su propósito, y tal vez contribuyese a determinarlo el ocurrírsele al Rey adquirir cuadros para ornato de aquella parte de palacio que se estaba reformando.

Púsose Damián a afeitarle como todos los días, y al sentir sobre la garganta el frío del acero, no pudo contener un estremecimiento de espanto... Un ligero golpecito, un leve movimiento, y correría la sangre, y vendría la muerte, y se acabaría la vida allí mismo, sin auxilio, sin remedio, pasando de la agonía a la sombra pavorosa de eso que llaman eterno, corriendo por Madrid la noticia del crimen de la calle de Alcalá, como había corrido cuatro años antes la del crimen impune y misterioso de la calle del Turco... Y aquel ligero golpecito, aquel leve movimiento, podía determinarlo en la mano de Damián, otro ligerito golpecito del oro de los masones.

El ambiente de amables alegrías se había modificado gradualmente en la estancia de Astul hasta ofrecer a ratos el aspecto de una casa de duelo. Ricardo, Lorenzo y Melchor paseaban como con desgano; se aislaban, acaso sin determinarlo deliberadamente y cuando conversaban lo hacían sobre temas indiferentes o fríos.