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¡Pobre Alicia! ¡pobre engañada de la vida!... La Venus triunfadora, la Helena del «banco de los viejos», la beldad centro de lo existente, ansiosa de admiración más que de amor, está en un mísero cementerio, entre cadáveres de soldados, y tal vez aceleró con voluntaria torpeza su salida de un mundo en el que no encontraba lugar, repelida por sus propias acciones.

Entonces vendría la lujuria del cariño, el no dormir para velarle, el contar los minutos para darle a su tiempo los remedios, el espiar el hervor de su respiración y el ardor de la frente y la transpiración de la piel; y los bajos oficios que a otras personas fueran repugnantes y que ella haría gozosa saboreando su triste y voluntaria servidumbre. Le amaba mucho, pero aún le quería más.

Y a la luz de estas deducciones hallaba nuevos indicios en las últimas notas del diario, allí mismo donde por la mañana el juez de paz había buscado, sin encontrar, la confesión de la muerte voluntaria.

Gillespie acabó embarcándose con rumbo á Melbourne, pero antes escribió á una amiga de Margaret para que ésta conociese su resolución y el lugar de la tierra adonde le encaminaba su nueva aventura. La larga navegación fué muy triste para él. La soledad voluntaria en que se mantuvo entre los pasajeros sirvió para excitar sus recuerdos dolorosos.

Llegó Felipe IV, descubrió el cuadro y al preguntar cuyo era. Pareja se arrojó a sus pies: entonces el monarca dijo a Velázquez. «Advertid que quien tiene esta habilidad no puede ser esclavo». Su dueño le hizo libre en el acto: mas Pareja toda la vida continuó sirviéndole, y muerto él a su hija y su yerno. En verdad que dice mucho en favor del amo esta segunda y voluntaria sujeción del siervo.

No es un simple método filosófico, es la sumision voluntaria á una necesidad indeclinable de nuestra propia naturaleza; es la combinacion de la razon con el instinto, es la atencion simultánea á las diferentes voces que resuenan en el fondo de nuestro espíritu.

Ya he dicho que mandaba D. Teodoro Reding la primera división; lo que aún no ha sido escrito por la Historia ni dicho por es que yo formaba parte de ella, porque toda la caballería voluntaria había sido incorporada, mejor dicho, fundida en los batallones del ejército, que apenas contaban con la mitad del contingente.

Se hablaba de un desesperado que se había quitado la vida, y los más condenaban al suicida; pero ella había expresado un sentimiento de que los creyentes no son capaces: no era cierto, decía, que la renuncia a la existencia acarreara una condena inevitable: no era cierto que la fe condenase en todos los casos la muerte voluntaria.

Para hacerles a las hijas un vestido echan cuentas seis mes s, y a la chica que llaman a coserlo la hacen ir tempranísimo para sacarle bien el jugo. Un día de convite parece que echan la casa por la ventana; pero todo se recoge, y no va a la cocina ni tanto así. Y están achinados de dinero. Amparo oía atónita. Nada más ajeno a su carácter rumboso, imprevisor, que la estrechez voluntaria.

Rara vez sacaba de su cabeza aquel viejo y maldecido tema de la liberación voluntaria y de la muerte de la bestia carcelera; pero una noche que estaban solos en el café, lo sacó, como se trae del desván un trasto viejo y se le limpia el polvo, a ver si lo ha deteriorado el tiempo o lo han roído los ratones.