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Actualizado: 1 de julio de 2025
Ella se contentaría con un beso el día de las victorias, endulzaría con una frase las amarguras, y lejos de pensar que el matrimonio es el egoísmo de dos, sus ensueños de ventura se lo hicieron vislumbrar como la abnegación de uno solo. Josefina no amaba todavía a Félix.
Penetré en el arco, y escritos sobre las anchurosas paredes y sobre las altísimas bóvedas, divisé los nombres de noventa y tantas victorias, además de las representadas en los bajo-relieves del frontis, de trescientos ochenta y cuatro generales, y de varios cuerpos de division que tomaron parte en las guerras de la Revolucion y del primer Imperio.
Hasta entre las glorias de los triunfos, dieron lugar los Romanos Césares a las censuras, y apodos, de los que habían concurrido, a la felicidad de sus victorias: Festa coronatus ludet convicia miles. Mas unas y otras engrandecieron el triunfo, o con el desagravio tomado en el horroroso castigo de los unos, o con la felicidad lograda en la dichosa reducción de los otros.
De seguir su marcha, sin temor á intrigas de la corte bizantina que dejaban á sus espaldas, tal vez hubiesen repetido la hazaña de los cruzados, entrando en Palestina por el Norte. Pero el Imperio temía á los almogávares, y cuanto mayores eran sus victorias, más grande resultaba su miedo.
Aquiles era el más valiente de todos los reyes griegos, y hombre amable y culto, que cantaba en la lira las historias de los héroes, y se hacía querer de las mismas esclavas que le tocaban de botín cuando se repartían los prisioneros después de sus victorias.
La verja, que cerraba el cuadrilátero, caía a la calle de Rívoli, y al través de sus hierros se veían pasar, envueltas en las azules neblinas de la tarde, estrechas berlinas, ligeras victorias, landós que corrían al brioso trote de sus preciados troncos, jinetes que de lejos semejaban marionetas y peones que parecían chinescas sombras.
Ceñido siempre el arnés de batalla, no dá punto de reposo á los enemigos del Islam, y mientras el Califa se hunde con la gloria de los Umeyas en su lecho de flores, hace él que sus soldados recojan cuidadosamente despues de cada refriega el polvo de sus arreos militares para que á su muerte no le sepulten en otra tierra que la recogida en sus innumerables victorias.
Lo que sí es probable, casi seguro, es que el Condesito te ha encontrado bella, airosa y elegante; ha imaginado que eres buena y que estás bien educada, en lo cual no se equivoca, y te admira y le atraen hacia ti curiosidad, simpatía y otros vagos deseos y pensamientos. Te concedo, además, que el Condesito, con su petulancia, que es mucha, se promete triunfos y victorias que no te hacen favor.
Leiton cayó á los golpes de maza del francés, arma elegida por el primero; sus servidores lo llevaron en brazos á su pabellón. Aquellas rápidas victorias sobre cuatro famosos guerreros llenaron de admiración á los espectadores, y así los soldados como las gentes del pueblo le prodigaron sus aplausos.
Quien fue capaz de todo esto es capaz también de todas las hazañas y digno de las victorias y de los triunfos. Sólo de la fortuna, sólo de las circunstancias exteriores, y no de la virtud del alma, depende que en realidad se logren o que sólo se logren en sueños. Eres injusto al afirmar que me he burlado de ti.
Palabra del Dia
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