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Actualizado: 24 de junio de 2025


«Dicen seguía escribiendo el defensor que me saludó por última vez con una de sus manos antes de que la inmovilizasen las ligaduras... Yo no vi nada. ¡No podía ver!... ¡Era demasiado para !...» El resto de la ejecución lo conocía de oídas. Continuaron sonando trompetas y tambores. Freya, atada é intensamente pálida, sonrió como si estuviese ebria.

ELSA. No estarán lejos. ENRIQUE. No; pronto oirás los sonidos de sus trompetas, y entonces mi espectro te dejará. ELSA. ¿Por mucho tiempo? ASTOLFO. ¡Es el duque! EL CONDE. ¿Crees? ASTOLFO. ¿Quién puede ser, si no, ese hombre? , es el duque. EL CONDE. Pero esa no es su capa. ASTOLFO. Y, sin embargo, le reconozco: es el duque. EL CONDE. Lo dudo. Es otro, sin duda.

1 Y cuando él abrió el séptimo sello, fue hecho silencio en el cielo como por media hora. 2 Y vi siete ángeles que estaban delante de Dios; y les fueron dadas siete trompetas. 3 Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso de las oraciones de todos los santos para que los pusiese sobre el altar de oro, el cual está delante del trono.

Si había que llevar a Palacio la contestación del Mensaje, él era de los designados y temblaba de emoción pensando en su madre, en su mujer, en todos los de allá al verse en los carruajes de gala, precedido de brillantes jinetes y saludado por las trompetas que entonaban la regia marcha.

Han pasado unas dos horas; oye un ruido de trompetas lejanas que anuncia la elección del nuevo rey. Se pone de pie. Dentro de media hora llegará Gertrudis... Le dicen que la dignidad real ha recaído en su amigo Franz. Escucha eso como en un sueño... ¿Qué le importa?

Cuando un hombre llega a ocupar las cien trompetas de la fama con el ruido de sus hechos, la curiosidad o el espíritu de investigación van hasta rastrear la insignificante vida del niño, para anudarla a la biografía del héroe, y no pocas veces, entre fábulas inventadas por la adulación, se encuentran ya en germen en ella los rasgos característicos del personaje histórico.

Conforme va pasando cada procesión, que suele permanecer tres o cuatro horas en la calle, se ejecutan pasillos, que casi siempre explica un nazareno cantando una saeta. Para prevenir y llamar la atención del público hacia cada pasillo, otros dos o tres nazarenos hacen sonar las trompetas con melancólico y prolongado acento.

10 También en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los sacrificios de vuestra paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios: Yo [soy] el SE

Después ha visto cómo se deslizaban sus días, sin ambición, monótonos y fríos; en el alma, la honda amargura de las renunciaciones. ¡Si al menos la bala me hubiera buscado el corazón! Y sus ojos se tornan hacia los años juveniles, florecidos de hazañas imaginadas, en las que sonaban las trompetas de la Gloria.

Cantaban en sus diversos latines respectivos y se acompañaban con sus instrumentos predilectos. Cítaras, crótalos, flautas, gaitas, arpas, salterios, trompetas, liras, todo sonaba allí, y el Apóstol hacía el milagro de armonizarlo.

Palabra del Dia

estaquis

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