Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de mayo de 2025


No había que dudar de que aquella era una gran señora, si no princesa, por lo menos de título, y cuando no, riquísima; y en punto a nobleza, rebosaba de ella y olía que trascendía. No yendo con ella persona que por la apariencia en calidad se la igualase, había que pensar que era viuda; que a ser doncella, padre, hermano o tutor la hubieran acompañado.

Un guarda de Camargue, hombrecillo rechoncho y velludo, que trascendía a montaraz, con ojos saltones inyectados de sangre y con aretes de plata en las orejas; después dos boquereuses, un tahonero y su yerno, los dos muy rojos, con mucho jadeo, pero de magníficos perfiles, dos medallas romanas con la efigie de Vitelio.

Mire usted que yo bien lo que pasa por el mundo... mucho de hablar, y de hablar, pero después.... Baltasar cogió una mano que trascendía a fresas. Mi honor, don Baltasar, es como el de cualquiera, ¿sabe usted? Soy una hija del pueblo; pero tengo mi altivez... por lo mismo.... Conque... ya puede usted comprenderme. La sociedá se opone a que usted me la mano de esposo.

Así trascendía ello, que mareaba. Del «lecho nupcial», tesoro inapreciable de maderas, bronces, lienzos, sedas, y brocados, y del simbólico boudoir, obra de hadas, que no de mortales, ¡Cristo mío, qué cosas se escribieron!... En fin, hasta para los carruajes ingleses, y para los caballos que habían de arrastrarlos, y para los levitones peludos de los cocheros que habían de conducirlos, hubo jarabe en las plumas, y sahumerios en los incensarios de aquellos ingenios de guardarropía.

Las visitas cortas y tardías de aquel anciano misterioso, su desaparición y luego el extraño modo de remitir fondos sin escribir palabra, todo indicaba algo extraordinario, anómalo, y que trascendía a pecaminoso.

El misticismo algo panteísta que llenaba y colmaba su espíritu, rebosaba y trascendía a lo exterior convertido en hondo sentimiento de la naturaleza y en arrobo contemplativo y extático de las remotas estrellas del cielo y de las flores y plantas del intrincado y frondoso bosque que casi rodeaba el castillo.

Y no obstante trascendía a clérigo, revelándose el sello formidable de la ordenación, que ni aun las llamas del infierno consiguen cancelar, en no qué expresión de la fisonomía, en el aire y posturas del cuerpo, en el mirar, en el andar, en todo. No cabía duda: era un sacerdote.

Además, el joven concejal cargaba de perfumes no tan sólo el pañuelo y la barba, sino toda su ropa, de suerte que a los diez metros aún trascendía y de cerca producía mareos. Pues bien, después de examinadas detenidamente, no hemos hallado en las ideas de su venerado maestro nada que justifique esta censurable tendencia.

El castellano del Real Felipe, que no tragaba rueda, de molino ni se asustaba con duendes ni demonios coronados, dióse a cavilar en los fantasmas, y entre ceja y ceja se le encajó la idea de que aquello trascendía de a legua a embuchado revolucionario.

Su buena fama trascendía por toda la provincia. No le estimaban sólo como a persona que tiene el riñón bien cubierto, y que no se dejaría ahorcar por dos o tres milloncejos de reales, sino que era preconizado como sujeto muy cabal, formalísimo en sus tratos y seguro hasta la pared de enfrente, y como tan recto, devoto de María Santísima y temeroso de Dios, que casi, casi estaba en olor de santidad, a pesar de las malas lenguas, que no faltan nunca.

Palabra del Dia

ciencuenta

Otros Mirando