United States or Bouvet Island ? Vote for the TOP Country of the Week !


Una de ellas era alta y corpulenta, los cabellos rubios, la tez blanca, donde lucían unos grandes ojos negros como dos lámparas milagrosas. Sus facciones de pureza escultórica, su hermosa frente erguida con arrogancia y la grave serenidad de su mirada, no exenta de severidad, traían á la memoria la célebre cabeza de la Juno de Ludovisi.

Andando el tiempo, el río había depuesto su sedimento de riquezas sobre esta playa, pero muy poco del espíritu español, del Gobierno español. La actividad del comercio había traído el espíritu y las ideas generales de Europa; los buques que frecuentaban sus aguas traían libros de todas partes y noticia de todos los acontecimientos políticos del mundo.

Los italianos á la parte de Poniente; la Religión, alemanes y franceses al Mediodía; los españoles á la parte de Levante. Desta manera teníamos torneado el castillo por la parte de tierra: todo lo demás era mar. Los moros traían provisiones de pan y carne en abundancia, porque lo vendían como querían, que en esto nunca hubo orden ni en tierra de amigos ni enemigos.

De esos documentos auténticos se desprende, que, en vez de ser así, el pueblo español pasaba una vida de las más tranquilas y disfrutaba de todos los placeres. Además de los enlazados con las fiestas religiosas, había otros muchos en todo el año. Las Carnestolendas, por ejemplo, traían consigo general alegría y bromas numerosas.

Que era cierto que estaban allí fundados y establecidos con ciudades fortificadas, y una noche oyó hablar dos de ellos con el cacique donde estaba alojado, sobre un conchabo de lo que llevaba dicho indio, que eran achas y sal: que los españoles traian agí, lienzo y bayeta, con lo que cangeó, ó conchavó, y el lienzo era como el de Chiloé.

Felizmente su familia se había quedado en casa, por no querer Julieta salir de ella. Pálido como la muerte, y trémulo de espanto, se levantó don Simón de su banco, y se apoyó con ambas manos en el delantero. Quiso hablar y le faltó la voz. Pidió por señas un vaso de agua, y mientras se le traían, se limpió la boca con el pañuelo; tosió e hizo cuanto es de rigor en casos de angustia semejante.

Súbito apareció en la puerta de la sala Clementina seguida de Osorio, de Mariana y de Calderón. Los cuatro traían el semblante inquieto y asustado. Sus ojos se clavaron a la vez en Salabert, hacia el cual avanzaron precipitadamente. Papá, escucha una palabra le dijo Clementina. Salabert se destacó del grupo y fué a reunirse con los otros en el opuesto rincón.

"A todas estas pláticas puso silencio un gran rumor que se levantó entre la gente, causado del que hacia un poderosísimo caballo bárbaro, a quien dos valientes lacayos traían del freno, sin poderse averiguar con él.

Otro Dia de mañana vinieron alli muchos Indios, i traìan cinco enfermos, que eftaban tollidos, i mui malos, i venian en bufca de Caftillo, que los curafe: i cada vno de los enfermos ofrefciò fu Arcos, i Flechas, i èl los refcibiò, i

Venían persas con las cabezas tonsuradas; griegos que traían tatuado en las manos el signo de la cruz; ingleses, irlandeses, franceses, italianos, eslavos... Unos, mudos de nacimiento, querían que el Apóstol les concediese el uso de la palabra; otros, ciegos, deseaban ver, y muchos sólo se proponían cobrar una herencia, ya que en la Edad Media, para cobrar una herencia solía imponerse como condición la peregrinación a Santiago.