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Actualizado: 10 de mayo de 2025
Ahola no... teta caca... cosa fea... Ambos se divertían con tales simplezas. Era un medio de entretener el tiempo y de expresar su cariño. Toma teta díjole Jacinta metiéndole un dedo en la boca; y él se lo chupaba diciendo que estaba muy rica, con otras muchas tontadas, justificadas sólo por la ocasión, la noche y la dulce intimidad. ¡Si alguien nos oyera, cómo se reiría de nosotros!
¿Y don Federico? dijo al entrar. Aún no ha vuelto de ver a sus enfermos respondió la tía María ; hoy iba a vacunar más de doce niños. ¡Tales cosas, don Modesto! Sacó el pues, como dice su merced, de la teta de una vaca: ¡que las vacas tengan un contraveneno para las viruelas! Y verdad será, porque don Federico lo dice. Y tanta verdad que es repuso don Modesto , y que lo inventó un suizo.
Abría la boca para articular una sílaba: ya había dicho una sentencia. ¿Pedía la teta? Aquello era, según la opinión del astrólogo, un incomprensible aforismo. Pasaban dos, cuatro y seis años, y con la edad crecía la fama del joven Orejoncito. ¿Sabe usted lo que he visto, señora Nicolasa? decía el farmacéutico un día con cierto tono de misterio que asustó á la buena mujer.
La duquesita dio teta al hijo de Manuela durante tres días, al cabo de los cuales, doblegándose ante la enérgica actitud de su esposo, devolvió el niño a la madre, prendiendo entre los pañales un billete de Banco para que pudiese pagar nodriza.
Es lo que faltaba dijo la Burlada con aspavientos de oficiosa ira ; que también tuvieran dinero en las arcas del Banco esos hormigonazos. ¡Tanto como eso!... Vaya usted a saber indicó la Demetria, volviendo a dar la teta a la criatura, que había empezado a chillar . ¡Calla, tragona! ¡A ver!... Con tanto chupío, no sé cómo vives, hija... Y usted, señá Benina, ¿qué cree? ¿Yo?... ¿De qué?
Quintillas de pie quebrado: «No aumenten, doña María, Mis ansias vuestros enojos, Que en vos salen por los ojos Parando en el alma mía. Versos pareados, el segundo de los cuales es quebrado: «Abre la puerta vejona Cara de mona, Abre hechicera, bruja La que estruja Quantos niños hay de teta, Por alcahueta Once meses azotada Y emplumada, etc.»
El ganado mugía, se agitaba tropezándose á menudo. Las terneras se empeñaban en mamar á sus madres; los criados las arrancaban prontamente de la teta. El capitán, en medio, acariciando el testuz de las vacas, tomándolas por los cuernos ó pasándoles la palma de la mano por el lomo, gozaba más en aquel instante que César en medio de sus legiones victoriosas.
Y como no gasta nada en comer, porque tiene dos o tres casas de donde le traen todos los días los cazolones de cocido, que es la gloria de Dios... ¡a ver! Ayer dijo Demetria quitándole la teta a la niña , bien lo vide. Le trajeron... ¿Qué? Pues un arroz con almejas, que lo menos había para siete personas. ¡A ver!... ¿Estás segura de que era con almejas? ¿Y qué, golía bien?
El insecto, en su crisálida, parece olvidarse de sí mismo, ignorarse, permanecer extraño á los sufrimientos; diríase más bien que disfruta de esa muerte relativa, como un niño de teta en la templada cuna. Empero el crustáceo durante la muda se ve, tiene conciencia de sí: sábese precipitado repentinamente de la vida más enérgica á una deplorable impotencia. Parece atolondrado, perdido.
Con frecuencia, la honrada casita se encuentra completamente vacía, á menos que en cualquier rincón no quede algún niño de teta, reclamando inútilmente la presencia de su madre con llantos desesperados ó enternecedores suspiros.
Palabra del Dia
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