Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 29 de junio de 2025


No iré en casa de Lucía; pero en cambio, y para estar seguros uno de otro, me vas a esconder esta noche en tu casa, de modo que pueda ser testigo de la visita del duque y convencerme por mismo de que no me engañas. No puede ser respondió altiva María. Pues bien dijo Pepe , ya sabes dónde voy en saliendo de aquí.

Los criminales y malhechores, los vagos y pájaros de cuenta, que vagaban por calles y plazas, tenían en el pregón del Pecado Mortal un aviso que le daba el alto en sus fechorías, y más de una vez en el hermano un testigo mudo de sus actos.

Había allí dos criminales apasionados, y ningún testigo de la ignominia; cada cual veía su venganza, no el crimen del otro ni la vergüenza del pacto. Cuando Petra salió de casa del Magistral, este sintió dentro de un hombre nuevo; el hombre que hería de muerte por venganza, el criminal, el ciego por la pasión, «el asesino, , el asesino; la otra era su instrumento, el asesino él.

No; Angelina vivía para mi, yo vivía para ella; la desgracia y el amor habían unido nuestras almas, almas hermanas, nacidas una para otra, creadas para formar una sola: «Dos almas con un mismo pensamiento Y palpitando acorde el corazón». Sentado al pie de aquel naranjo, mudo testigo de nuestro amor, pensaba yo en Angelina, cuando llamaron a la puerta.

Tomado así como testigo, Delaberge preguntó con su aire gravemente amable: ¿De qué se trata, señora? De ese deslinde que la Administración forestal quiere imponer. Palabras muy duras son éstas objetó Delaberge riendo.

Cuéntase allí, que un caballero dió palabra de casamiento á cierta dama sevillana y noble, poniendo por testigo á la Virgen de la Merced, cuya escultura existía en la iglesia del convento del mismo nombre.

Godfrey sabía todo eso y lo comprendía tanto más cuanto que había tenido el fastidio de ser testigo de los accesos de cólera brusca e implacable de su padre, accesos ante los cuales su irresolución habitual lo privaba de toda simpatía. Pero no criticaba la indulgencia culpable que los precedía; esa indulgencia le parecía bastante natural.

No, señores replicó el hombre de la ropilla encarnada, que acababa de apurar su segunda taza de chocolate, y que saboreaba en aquel momento el indispensable vaso de agua; no, señores; y si quieren conocer la causa de su elevación, yo la puedo decir, porque he sido testigo de ella. Es algún gran señor murmuraron en voz baja.

Después de esto, habiendo acabado el retrato de S. M. a caballo, imitado todo del natural hasta el país, con su licencia y gusto se puso en la calle Mayor enfrente de San Felipe, con admiración de toda la corte y envidia de los del arte, de que soy testigo». Las anteriores líneas permiten hasta cierto punto colegir cuales fueron los primeros retratos que a Felipe IV hizo Velázquez.

ALCALDE. Visto, que, sobre ser el testigo de mala ley, se permite faltar á la Justicia con palabras subversivas.... ALCALDE. ¡Al orden!... Y considerando las facultades que me asisten, y asimismo la caballerosidad del demandado y sus buenos antecedentes,

Palabra del Dia

cabalgaría

Otros Mirando