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Actualizado: 20 de junio de 2025
¡Pues yo te digo que no quiero oír sandeces, ea!... Buenas noches. Y se volvió del otro lado. D. Pantaleón suspiró hondamente y se volvió también para dormir. Pero a los pocos días, lleno de celo científico y de buena fe, dijo otra vez a su esposa: Carolina, la otra noche estaba equivocado y te dije una falsedad. ¿Qué falsedad? preguntó la buena señora sorprendida.
Ya, Sola ha puesto mi cuarto como el oro, y me ha preparado ese chocolate que, por lo exquisito, debe de caer en espesos chorros del mismo cielo». Dando luego un gran suspiro se sonrió y dijo: Usted, solterón empedernido, no comprende estas deliciosas chocheces del alma.
Iban al mismo paso descuidado, por el sendero, y le dijo él: No tengas cuidado ninguno mientras esté yo aquí.... Después, de pronto, murmuró: ¡Qué bonita eres y qué buena! Ella, toda estremecida, se quedó silenciosa; su corazón aleteaba con unas agitaciones inefables. Fernando suspiró.
Reinaba el silencio en todas partes. El latir grave y acompasado del reloj era el único ruido sedicioso que turbaba la majestad de aquel silencio. Se había estremecido dentro de su armadura, como si quisiera despertar de algún sueño triste, y había exhalado un suspiro ronco: después se escucharon en lo interior de su vientre algunos ruidos huecos y mecánicos.
Una noche observó Salvador que daba el enfermo un gran suspiro, y despertando acongojadísimo parecía reconocer la realidad de las cosas, medio seguro de espantar las embusteras percepciones del sueño. Es todo mentira, Sr. D. Benigno le dijo Monsalud riendo . Ánimo. ¡Ay, Dios mío! ¡qué sueño! exclamó el de Boteros . Todavía me duran la angustia y el mortal frío que sentí.
Y dando un patético suspiro, se frotó las manos; y renunciando al ideal de cobrar dos veces, no pensó más en aquello y volvió a sus negocios. En cuanto a Reyes, al llegar al portal, donde trabajaba y comía un zapatero de viejo, tuvo varias ideas y un desmayo.
Está usted triste, Lucia dijo Artegui a la niña afectuosamente. Un poco, Don Ignacio y Lucía arrancó del pecho doliente suspiro . Y usted tiene la culpa añadió en blando son de amenaza. ¿Yo? Usted, sí. ¿Por qué dice usted esas tonterías que no pueden ser? ¿Que no pueden ser? Sí, señor. ¿Cómo es posible que no sea usted cristiano? Vamos, que no dice usted lo que siente.
Simoun se detuvo ahogando un suspiro y despues continuó lentamente con la mirada vaga. Sí, yo soy aquel que ha venido hace trece años enfermo y miserable para rendir el último tributo á un alma grande, noble que ha querido morir por mí. Víctima de un sistema viciado he vagado por el mundo, trabajando noche y día para amasar una fortuna y llevar á cabo mi plan.
No ya el dinero, sino la propia sangre se le podía dar con entera confianza. Micaela y Tónica, al estar en la calle, lanzaron un suspiro de satisfacción. ¡Dios mío! ¡Qué peso se quitaban de encima!
¿El capitán y la tripulación obedecerán? El capitán es inglés y no se dejará coger. Su gente es disciplinada y le obedecerá. Marenval dió un suspiro. Había previsto las dificultades y el peligro que se presentaban. Pero tomó valientemente su partido. Saldremos adelante, dijo. Hasta ahora todo ha resultado bien.
Palabra del Dia
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