Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de junio de 2025
Paz con asombro, Salomé con asombro, todos con asombro, y él mismo llegó á creer que era un fantasma evocado, el temeroso espectro del sobrino de Coletilla. Salomé le indicó una silla con el dedo en que tenía las sortijas, y Paz le dijo con el registro de voz más desdeñoso y augusto: Siéntese usted, caballerito.
La buena caña que había reparado en dos diamantes enormes de dos sortijas del extrangero buen mozo, tanto se los alabó, que de los dedos de Candido pasáron á los de la marquesa.
Escuchó sin quererlo: Decid miedo y no desvío, mi señora; que no quisiera caer cual nuevo Icaro. La mujer replicó: Pues pedid al amor, y no al antojo, sus alas de verdad, que ésas nunca se derriten con llevar ellas mes mas el fuego. ¡Ah, esa tez, esa boca! ¡Por Dios, don Gonzalo, haceisme daño con las sortijas!
El hijo predilecto de la Iglesia besó con respeto la mano carnosa llena de sortijas de la prendera, y todo ruboroso balbució: Si usted me hiciese el favor de veinte duros... D.ª Rafaela sacó del portamonedas dos billetes de cincuenta pesetas y se los entregó. Después se despidió con muy cariñosas palabras.
Hay, pues, mucha gente que prefiere tripular los botes y canoas navegando sin rumbo prefijado y deteniéndose donde bien les place el tiempo que tienen por conveniente. El amor a la naturaleza y el deseo de conocer las rudas faenas de la mar les arrastra a despojarse de la levita y a empuñar los remos con las manos cubiertas de sortijas.
El primero traía aretes de coral; el segundo, varias sortijas adornadas con las vistosas piedras que fabricaban en Venecia los margaritaios. El viejo entregó un bolsillo de cuero henchido de monedas, diciendo: Su señoría puó contar. Son ciento cincuenta. No he menester respondió Ramiro guardando el talego.
No importaba; la reina podía llevar por capricho aquella sortija: la mano de la dama tapada, estaba cuajada de ellas; Juan Montiño lo recordaba; había visto un momento aquella hermosa mano arreglando el manto, á la última luz del crepúsculo. ¿Había elegido con intención la dama, entre todas sus sortijas, para dejarle una señal, la que tenía una esmeralda como en representación de una esperanza?
Solia estar esta tumba con el cuerpo dentro de la capilla mayor, al lado del Evangelio, y passáronle de alli no ha muchos años porque parecia tener tanto ó mas honrado enterramiento que los reyes: estando su capilla dellos á espaldas del altar mayor, y este enterramiento muy junto á él.» Añade el citado cronista que no debia este cuerpo estar muy bien guardado, porque se contaba que habian hurtado algunas sortijas que tenia en los dedos.
Dispuso cómo se habían de repartir las alhajas que tenía, algunas de bastante valor, sortijas con hermosos solitarios, botonaduras, y además cajitas primorosas de marfil y sándalo que había traído de Filipinas, una hermosa espada, dos o tres bastones de mando con puño de oro.
Guadalupe huía de la ostentación en los días ordinarios y se limitaba á llevar simplemente media docena de sortijas de brillantes, un reloj con pulsera de platino en una muñeca, otro igual en la muñeca opuesta y un tercer reloj más grande colgando del cuello.
Palabra del Dia
Otros Mirando