Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de julio de 2025
El tío Manolillo, al sorprender el secreto del alma del padre Aliaga, se alegró: porque tener en sus manos á un religioso de la orden de Predicadores, tal como el padre Aliaga, era tener un tesoro para el caso, no imposible, de que Dorotea se viese sujeta á un juicio por la Inquisición.
«Pero a aquel hombre se le podía perdonar todo. ¡Qué tacto! ¡qué prudencia! ¡qué discreción!». «Entre monjas podría vivir este hombre sin que hubiera miedo de un escándalo». A Paco, a su adorado Paco, le había puesto cien veces por modelo la habilidad y el sigilo de Mesía al sorprender al hijo de sus entrañas en brazos de alguna costurera, planchadora o doncella de la casa.
Pero has de saber que es de buen gusto el no condenar en absoluto nuestras sabrosas comidas; y así, no hay cosa de más chispa que sorprender un día a tus convidados con un plato de salmorejo manchego, bien cargado de pimienta, o con un estofado de la tierra, bien espeso y oloroso.
No es para sorprender, en vista del mérito excepcional de esta obra, las numerosas ediciones que de ella se han hecho y la circunstancia de haber sido declarada como texto suplementario de lectura en las escuelas de Massachusetts.
La elección que este personaje había hecho de la señora de Latour-Mesnil, puede sorprender a primera vista. Primeramente, era un acto de gran vanidad, y también un cálculo. Se hablaba en la alta sociedad de la señorita Latour-Mesnil como de una joven completa. Habituado a no rehusarse nada, y a ser el primero en todo, pareciole glorioso adornar su sombrero con aquella flor rara.
Deudas que era menester pagar, acreedores que querían cobrarse, una firma que era necesario sorprender a Villamelón al pie de un pagaré por tres veces protestado... Un préstamo, un mero préstamo pagadero al verificarse la Restauración, cuando pudiera él cobrar lo que habían valido ciertos misteriosos papelitos...
EVARISTA. Basta... Eso ya no es inocente. CUESTA. Evarista, indulgencia. ELECTRA. Tía, no se enfade usted... EVARISTA. ¡Que no me enfade! Ya te arreglaré, ya. Corre a vestirte. Casi es la hora. ELECTRA. En un instante estoy... EVARISTA. Anda, anda. Ya ve usted, Leonardo... CUESTA. La tranquilidad con que se ha dejado sorprender sus secretos revela que hay en todo ello poca o ninguna malicia.
No había nada en lo que contaba Jacobo Rodney capaz de sorprender a los que habían visto cómo Marner había curado a Sally Oates, y la había hecho dormir como un niño, cuando el corazón de aquella mujer latía como para partirle el pecho desde hacía dos meses y más que la asistía el doctor.
Le repugnó confundirse con la muchedumbre que vagaba por los alrededores del Casino. Su deseo de no seguir adelante le sugirió una idea. «¿Si fueses á sorprender á Alicia en su casa?... ¡Lo agradecería tanto!» Dos veces más había estado en Villa-Sirena. Miguel encontró á «la Generala» menos hostil y dominadora que la había imaginado; pero no pudo comprender el apasionamiento de Castro.
El Autor de la naturaleza nos ha dado suficiente conocimiento para acudir á nuestras necesidades físicas y morales, otorgándonos el de las aplicaciones y usos que para este efecto pueden tener los objetos que nos rodean; pero se ha complacido al parecer en ocultar lo demas; como si hubiese querido ejercitar el humano ingenio durante nuestra mansion en la tierra, y sorprender agradablemente al espíritu al llevarle á las regiones que le aguardan mas allá del sepulcro, desplegando á nuestros ojos el inefable espectáculo de la naturaleza sin velo.
Palabra del Dia
Otros Mirando