Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
248 Y al campo me iba solito, más matrero que el venao, como perro abandonao a buscar una tapera, o en alguna vizcachera pasar la noche tirao. 249 Sin punto ni rumbo fijo en aquella inmensidá, entre tanta escuridá anda el gaucho como duende; allí jamás lo sorpriende dormido, la autoridá.
Oyóle decir esto el estudiante poeta, hijo de don Diego, que con su madre había salido a recebirle, y madre y hijo quedaron suspensos de ver la estraña figura de don Quijote; el cual, apeándose de Rocinante, fue con mucha cortesía a pedirle las manos para besárselas, y don Diego dijo: -Recebid, señora, con vuestro sólito agrado al señor don Quijote de la Mancha, que es el que tenéis delante, andante caballero y el más valiente y el más discreto que tiene el mundo.
Una hermosa que se hace robar cada seis meses, siempre tendrá algo que referir cuando vuelve. Pues es igual. ¡Bonito hogar doméstico! Imagínese usted, señor, que todavía no hacía un año que estaban casados cuando ¡paf! va la mujer y se larga a España con un vendedor de chocolate. El esposo se queda solito en la casa gimoteando y bebiendo. Estaba como loco.
Y aquí de rodillas, y allá medio a rastras, subió la roca Meñique, oyendo como se reían a carcajadas Pedro y Pablo. ¿Y qué encontró Meñique allá en la roca? Pues un pico encantado, que picaba solo, y estaba abriendo la roca como si fuese mantequilla. Buenos días, señor pico dijo Meñique: ¿no está cansado de picar tan solito en esa roca vieja?
Tres días después volvió Mariano solo. Parecía más ágil, más despabilado, más dueño de su pensamiento y de su palabra. «¿Vienes solo? le preguntó Isidora, asombrada de que no le acompañara su tía. Solito. ¿Y tu tía Encarnación? ¿La vieja? En su casa. Yo soy hombre... De consiguiente, no necesito que me lleven y me traigan. ¿Has ido al trabajo? Sí. ¡Mentiroso!
No trata de brillar ni de forzar la atención y me gusta su cara pensativa. Da gana de leer en el secreto de aquel corazón tan bien cerrado. Tiene hermosos ojos, cuya mirada, a veces, conmueve y penetra. Y, además, es muy adicto a mi padre... Pero yo no puedo, sin embargo, ir a decirle: «Por el amor de papá, cásese usted conmigo, caballero.» Tendría que ocurrírsele a él solito.
Yo le enviaré a usted las señas de todas partes donde nos detengamos.... No me lo descuide usted; ¿irá usted de vez en cuando a ver cómo lo pasa? Se queda el pobre tan solito....
¡Siempre solito, siempre pensando!... Tal vez está usted haciendo algunos versos lindos. Fernando se incorporó a impulsos de la sorpresa más aún que de la cortesía. Era Nélida la que le hablaba. Lo primero que alcanzó a ver fue su boca, de un rosa húmedo, con los dientes agudos, luminosos; la boca de tigresa admirada por Isidro, que le sonreía cual si pretendiese atraerlo.
Esa mujer ideal no se me ha olvidado, desde que la vi en París, paseando en el Bois con el Emperador. La he visto mil veces después, cuando flaneo solito por esas calles soñando despierto, o cuando me entra el insomnio, encerrado las horas muertas en mis habitaciones. Paréceme que la estoy viendo ahora, que la veo siempre... Es una idea, es un... no sé qué.
Sería rico y personaje. ¿Quién podría afirmar la imposibilidad de que ella pasase su vejez en un hotel, con carruaje y grandes sombreros, lo mismo que las señoras cuyas casas frecuentaba para trabajar como una bestia?... Mi Isidro tiene buena estrella. No faltará quien le empuje, hasta que sepa seguir solíto su camino.
Palabra del Dia
Otros Mirando