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Actualizado: 29 de mayo de 2025
Sobre la high-life de Madrid y sobre las damas de la suprema elegancia, el Sr. Taylor está algo satírico; pero en manera alguna singularmente ofensivo, ya que los vicios y faltas que halla en la smart set madrileña le parecen menores que los de la smart set neoyorquina.
Debo a Dios, entre otras muchas mercedes, la de un temperamento singularmente equilibrado de humores, que me ha permitido atravesar por las más peligrosas asperezas de la vida, sin dejar entre ellas la menor tira del pellejo. Muy pocas cosas me han llegado al alma, y rara vez me he apasionado por la mejor de ellas.
Célebre por su Universidad como por las ruinas de su admirable Castillo, Heidelberg seduce al viajero por su aspecto singularmente pintoresco, por las costumbres de su poblacion universitaria y por la hermosura de los sitios casi salvajes de sus cercanías.
Y puesto que todos los periódicos del mundo habían hablado de la catástrofe, de la acusación, de los arrestos y del sumario, ¿no era para la religiosa un deber de conciencia enviar la carta a la justicia? Esta nada había recibido; por consiguiente, la carta no anunciaba el suicidio. Natural era, pues, considerar como singularmente empeorada la condición de los acusados.
El sombrerete y otras modas de París lo invaden todo, y nada, a mi ver es más contrario a la regeneración que tanto anhelamos hoy. Las tales modas, singularmente en nuestra pobre e inferior clase media, ejercen el más funesto y deletéreo influjo.
Este juicio había debido parecerle singularmente adaptable a su propia situación.
Y para que más pleno concepto se haga de lo que se despreciaba á sí mismo, referiré sólo un caso, digno singularmente de tenerse en eterna memoria, y lo he sabido de sujetos de la Compañía, que fueron testigos de vista.
Iban absortos en su conversación, olvidados de los que venían detrás, creyéndose a cien leguas de la gente, sin pensar en ella; levantaban a veces la voz, Marta singularmente; y Bonis, sin querer al principio, queriéndolo muy de veras después, oyó cosas interesantes. «Había que hablar cuanto antes a Emma; había que decirle el gran secreto de aquella pareja: que iban a casarse antes de un mes.
De este modo vagaba con la imaginación, cuando llamaron a la puerta. Tiró sin levantarse de una cuerda que suspendía el pestillo, la puerta se abrió de par en par y entró un hombre. El visitante era de anchas espaldas y constitución robusta; este vigor no se reflejaba en su cara, bella aún, pero singularmente enfermiza y desfigurada por la influencia de una vida desarreglada.
»Un estremecimiento recorrió todo su cuerpo, y, con voz singularmente alterada, replicó: »Tén paciencia hasta mañana, mañana haré lo que quieras. »Sí, mi niña muy amada le digo entonces, y de aquí a mañana desecha tus ideas negras y piensa en que ella no nos guarda rencor.
Palabra del Dia
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