Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de mayo de 2025
Algunos se echaron fuera; mas no por eso se acalló el tumulto, y lo peor fue que aparecieron de súbito dos o tres personas que tomaron el partido del orador silbado contra el silbante pueblo. ¡Que ustedes son unos servilones, mata candelas! ¡Que ustedes son unos afrancesados! Que ustedes son... imagínese el lector lo peor que haya oído en plazas, presenciado en tabernas y aprendido en garitos.
Al cabo Edelmira venció, y Paco, silbado por los presentes, propuso luchar de frente, con las manos apoyadas en los hombros del contrario. Así se hizo y esta vez venció Paco. Joaquín propuso la misma lucha a Obdulia; Visita se atrevió a medir con la Regenta sus fuerzas. Joaquín y Ana vencieron.
Al verla en tal estado se me encendió la sangre y salí detrás del chico: alcancele cerca de la escalera, y agarrándole por la muñeca le dije: Oiga V... Lo primero que un hombre debe ser, antes que poeta, es caballero... y V. no lo es... El drama se ha silbado porque le falta lo mismo que a V... el corazón... Aquí tiene V. mi tarjeta.
Para no hacer ruido y para no dar qué decir, D. Joaquín pretendió con mucho disimulo, tentando antes el vado, que Rafaela fuese presentada a la emperatriz; pero la augusta señora no quiso recibirla, ya pensando en la vida que se decía que Rafaela había hecho en España y en Lisboa, ya recordando que en el gran teatro de Río la habían silbado cuando ella bailaba el vito o cantaba canciones del maestro Iradier, muy celebradas entonces.
Algunas jóvenes americanas de frescas carnes, barbilla un poco gruesa, cabello rubio, anchos hombros y largos talles, conversaban en un inglés silbado y gutural. Su conversación se refería á la cantante cuya presencia estaba anunciada y que ofrecía á los invitados de Harvey un atractivo poco ordinario.
Pero no lo tendré: un mazo de cuartillas me espera sobre la mesa; he de leer una porción de libros, he de ojear mil periódicos... Me siento ante la mesa. El recuerdo de Sarrió acude a mi cerebro: nos hemos abrazado estrechamente. ¿Sarrió, ya no nos volveremos a ver más? Sí, Azorín; ya no nos volveremos a ver más. Ha silbado la locomotora.
Tras una dilatada excursión por provincias, Glatigny, siguiendo la opinión de varios amigos que le querían bien y el duro consejo de los públicos que le habían silbado, resolvióse á cambiar el teatro por la poesía, y marchó á la conquista de París. Iba solo, hambriento, sin recomendaciones ni otro equipaje que un manuscrito guardado en el bolsillo interior de su larga levita gris.
El primer drama que estrenó se titulaba «La Taberna», y fué estrepitosamente silbado por los estudiantes, enemigos del segundo Imperio: todo contribuyó al fracaso de la obra; hasta la circunstancia de apagarse el gas cuando comenzaba la escena más interesante... A pesar de lo ocurrido con «La Taberna» en el teatro Odeón, Carlos Desnoyers aceptó «Flor de Liana» para el Ambigú; pero Desnoyers fallecía poco después, y su sucesor perdió el manuscrito.
Palabra del Dia
Otros Mirando