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Actualizado: 19 de mayo de 2025


No es nada, no es nada... muchas gracias... Me pasa esto con frecuencia. D. Primitivo sacó de las reconditeces de su faltriquera un vaso de metal y corrió á un charco que estaba próximo. Cuando llegó con el vaso lleno, el joven estaba ya de pie y hablaba serenamente con el conde.

Todas iban á morir en este Monte-Carlo, último rincón de la tierra que podía recordarles sus esplendores de sesenta años antes. Algunas, en memoria de sus joyas desaparecidas, ostentaban serenamente unos adornos grotescos y bárbaros de latón y cuentas de vidrio.

Buscó el retiro de rural sosiego y prosiguió su ruta sin desmayo. Para trazar su rúbrica de fuego, tras densa nube se recoge el rayo. Sobre el rojo fulgor del exterminio, sobre el mortal estruendo de las balas, en el azur, su natural dominio, serenamente desplegó las alas.

Creo, , que cuanto haga el hombre por señalar a sus compatriotas las deficiencias del presente en que vive, es bueno y es saludable; pero debe hacerlo serenamente y sin ira, cumpliendo con su deber de heredero de herencia semejante con tesón y energía, pero sin desesperarse nunca; comprendiendo que el mal es humano y que de él no se podrá jamás desligar la humanidad.

Esta es la verdad de lo que me sucede; le tengo a usted por buen amigo, y a usted se la declaro. ¿Para qué? me preguntó el médico, muy serenamente, después de contemplarme en silencio unos instantes. Por lo pronto le respondí , para que usted la conozca, y después, para que, si lo tiene a bien, me ayude con su autorizado consejo. ¿A qué? volvió a preguntarme con la misma serenidad de antes.

Pasaron así junto a un lago verdinegro, donde bogaban amorosamente dos cisnes, bajo la luz del plenilunio... Al otro día, la princesa Belisa se embarcó con sus damas en un esquife de marfil con velas de púrpura. Pero en la mitad de la travesía estalló una tormenta que levantaba olas como montañas y cordilleras. Sobre ese océano de abismos imperaba, volando serenamente, un gigantesco albatros.

Entonces, refiriéndome en un breve discurso dicho en la plaza pública, y que por ello no podía ser ni largo, ni reposado, ni serenamente meditado, a aquello que para constituía carácter típico y saliente de Martí, señalaba estas dos circunstancias que no diré que sean absolutamente exclusivas de él, pero que en realidad son en él más prominentes que en ningún hombre que haya podido vivir una vida análoga a la suya y que se haya impuesto una misión como la que él se impuso.

Varias veces sentí un principio de amor, un interés repentino, una relampagueante emoción; pero luego aplicaba serenamente mi juicio a los fundamentos de toda pasión incipiente, hasta que lograba disiparla. Es axiomático que las mujeres desconfían de los hombres en general y confían en ellos en particular. Esto es un poco inexplicable, pero es así. Yo procuré siempre hacer lo contrario.

Y el Dotor pisaba la orilla seca, desnudo y serenamente impúdico como un dios, dando la mano á los hombres, mientras chillaban las mujeres llevándose el delantal á un solo ojo, espantadas y admiradas á la vez de su monstruosidad colgante que esparcía á cada paso una rociada de gotas.

Las ropas negras de los alguaciles y corchetes despedían, con la humedad, un tufo de orines trasnochados. Doce pobres, con sendas hachas encendidas, esperaban a la puerta de San Juan, y su oración temblaba a la par de las llamas humosas que el viento doblaba y estremecía. Una vez en la plaza, al llegar al pie del cadalso, don Diego se apeó de la mula y subió serenamente las gradas.

Palabra del Dia

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