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Actualizado: 23 de julio de 2025


Además, por encargo suyo, vigilaba el joven la impresión y corregía las pruebas. ¡El senador tenía tantas ocupaciones!... Cada vez que Isidro le presentaba un pliego impreso, don Gaspar examinábalo minuciosamente, dando bufidos de satisfacción ante las páginas que presentaban gran cimiento de notas. Las que aparecían con el texto solo, provocaban en él un mohín de disgusto.

Coriolano aparece transformado en un galán del siglo XVII, con capa y espada, muy puntilloso en cuestiones de honor, y amable y enamorado con las damas; promueve una rebelión popular, por haber establecido el Senado, en una ley, que las mujeres no han de ponerse afeites ni llevar piedras preciosas; un senador perece en esta sedición, y su principal autor es desterrado por este motivo.

Un senador valía poco entre aquella gente acostumbrada á la disciplina. ¡Salud, hijo mío!... Mucha suerte... Acuérdate de quién eres. Y el padre lloró al oprimirle entre sus brazos. Lamentaba en silencio la brevedad de la entrevista; pensó en los peligros que aguardaban á su único hijo al separarse de él. Cuando René hubo desaparecido, los capitanes iniciaron la marcha del grupo.

Por esto ponía buena cara a todos los desvíos de la suerte: ella acabaría por entregarse vencida. Dos días antes, al pasar por la calle de Alcalá, frente al Ministerio de Hacienda, había encontrado a don Gaspar Jiménez, primer marqués de Jiménez, aquel senador pariente de la señora que le amparaba en su buena época.

Según me dijo el jefe, hay un señor profesor, italiano o suizo, no recuerdo bien, que ha escrito algo muy sonado sobre el socialismo católico. Uno no tiene tiempo de leerlo todo. Búsquelo usted, y ya tiene una fuente más, después de las mías. El senador habló aún largo rato de su obra, para demostrar a Maltrana la facilidad con que podía escribirla contando con la firme base de sus ideas.

Ahora era Argensola el que despedía á su compañero cuando deseaba verse solo. «Creo que la yanqui va á venir», decía con indiferencia. Y el grande hombre huía, valiéndose muchas veces de la escalera de servicio. En esta época empezó á desarrollarse el suceso más importante de su existencia. La familia Desnoyers iba á unirse con la del senador Lacour.

MARINO. Notable revelación estuvo. No hay más que verte, maestro, para conocer que no estás peligroso. PROCLO. Tienes razón que te sobra. MARINO. La fama ha difundido, por esta gran capital, que la honras con tu presencia y que recibirás en consulta a tres personas cada noche. Por medio del senador Marciano, a fin de que la casa no se te llene de gente, han sido repartidos los billetes de entrada.

41 las cuales, estando aún él en Galilea, le habían seguido, y le servían; y otras muchas que juntamente con él habían subido a Jerusalén. 42 Y cuando fue la tarde, porque era la preparación, es decir, la víspera del sábado, 43 José de Arimatea, senador noble, que también esperaba el Reino de Dios, vino, y osadamente entró a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.

Además, la fortuna favoreció a los enamorados, porque los electores de don Luis, acostumbrados a su largo mutismo, le dispararon una nube de telegramas de felicitación, tras del telégrafo usaron del correo y, como fue preciso contestar a tanta enhorabuena, el senador determinó emplear a Pepe como escribiente.

Son de Rafael, dixo el senador, y las compré muy caras por vanidad, algunos años ha; dicen que son la cosa mas hermosa que tiene Italia, pero á mi no me gustan: los colores son muy denegridos, las figuras no están bien perfiladas, ni salen lo bastante del plano; los ropages no se parecen en nada á la ropa de vestir; y en una palabra, digan lo que quisieren, yo no alcanzo á ver aquí una feliz imitacion de la naturaleza, y no daré mi aprobacion á un quadro hasta que me retrate la propia naturaleza; pero no los hay de esta especie.

Palabra del Dia

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