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En los segundos entran el Arte de pensar, L'Clerc, Wolfio, Purchot, Corsino, Brixîa, el Genuense, Vernei, y otros de esta clase. Así que, dexando en su valor las personas, hablarémos con libertad de sus opiniones. Inst.

El tosió también. ¡Ah! la tos le concedió cuatro segundos de descanso: hizo un esfuerzo desesperado, tomó algunas ideas en aquel depósito que tenía en la mente, se apoderó de ellas con firmeza, y prosiguió hablando: "Allá va eso, decía la lengua interior; allá van ... las expondré de este modo ... no mejor de este otro ... no ... mejor del otro ... de cualquier modo ... ¡Oh! hay allí uno que se está riendo... Y otro que cuchichea.

Las cavidades inmensas como salas de fabulosos palacios, se suceden á estrechos desfiladeros y éstos á aquéllas; chimeneas, abiertas en la roca por antiguas cascadas, aparecen en la bóveda; al borde de estos pozos siniestros nos detenemos con horror, en los cuales, las piedras que arrojamos, bajan chocando contra los salientes de las paredes y sólo después de algunos segundos deja de oirse el ruido que produce en la caída.

Comparados con los personajes que acabamos de citar, los del presente siglo, yo al menos lo entiendo así, se quedan tamañitos. Admirable y rico es el fruto que han dado los segundos, pero vale más y tiene superior importancia el fruto que dieron los primeros.

¡Ah, excelentísimo señor! exclamó el alcalde inclinándose hasta el suelo y apreciando al mismo tiempo, por el tacto, que la sortija tenía una gruesa piedra. Si alguien tiene noticia de que me habéis encontrado, os pesará. Descuide, descuide vuecencia, que no lo sabrá nadie. Quedad, alcalde, con Dios. Dios vaya con vuecencia. El duque se alejó y el alcalde permaneció por algunos segundos inmóvil.

Entre los primeros habia que lamentar al valiente Villapol y otros dos oficiales, y entre los segundos habia, con Campo Elias, otros 30 oficiales; pero la pérdida del enemigo fué mucho mayor. A fines de Marzo los realistas ponian sitio á Valencia con 4.000 hombres que Don José Cevallos traia de refresco de la provincia de Coro, pero sin artilleria.

Porque juzgo que, por sobra de valor, yerran los primeros, en no ver abismos donde puede haber flores; y tengo para que, por hartura de miedo, yerran también los segundos, en no concebir una flor sin que oculte detrás un precipicio.

Parece que ha de ser fácil resolverse á no esperar, apartar la imaginación de la cosa esperada, y vivir sólo en un punto de la vida, en un momento del tiempo, sin esa dolorosa aspiración á lo venidero que desquicia el ser, sacándole de su centro. Cuando se espera lo que ha de llegar las horas son siglos; cuando se espera lo que debió llegar, las horas vuelan como segundos.

Empiezo a comprender dijo Catalina al cabo de algunos segundos ; esta noche hemos sido atacados de frente y de costado. Exactamente, Catalina; por fortuna, diez minutos antes del ataque, un hombre de Marcos Divès, el contrabandista Zimmer, que ha sido dragón, llegó a todo correr para prevenirnos. Sin este aviso, estábamos perdidos.

Porque tu hermana, a la distancia que está de nosotros, es para el caso como si ya no viviera, y no quiero tener por de la casta nuestra a dos sobrinazos segundos míos, por parte de mi madre: dos bigardones de mala catadura y peor vivir.