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Actualizado: 15 de mayo de 2025
Uno es sastre del rey de Holanda, otro del de Cerdeña; otro manifiesta una medalla del emperador de Prusia ó de Austria; tal almacen se titula proveedor de María Cristina, como he visto en la calle arrabal de San Honorato. Aquí una tienda de gusto chinesco; allí otra de gusto árabe, persa, griego ó ruso.
Francamente, los árboles le eran antipáticos, sin duda porque, pasando junto a ellos en horas de desesperación, creía que le ofrecían sus ramas para que se ahorcara. Internándose en las calles sin dirección fija, contemplaba los escaparates de sastre, con exhibición de hermosas telas; los de corbatas y de camisería elegante.
Sus palabras son órdenes que jamás comenta, de aquí el sucedido de dar á un sastre un pantalón de modelo con un remiendo y hacer siete que se le habían encargado con siete remiendos iguales. A la capitana Ramona se la pidió chocolate con leche y en el fanatismo de la obediencia creyó de muy buena fe que lo más corto era sustituir los labios del chico por la boca de la chocolatera.
Por fin, con auxilio de la tropa, se puso un tercer tablado, y el 25 por la mañana, después de haber tomado las autoridades grandes precauciones, llevaron allí á los dos reos y al sastre Cosme, que debía presenciar el castigo.
El catedrático oyó el grito, les vió y adivinó de qué se trataba. ¡Oy, tu! espíritu sastre, le interpeló; yo no te pregunto á tí, pero ya que te precias de salvar á los demás, á ver, sálvate á tí mismo, salva te ipsum, y resuélveme la dificultad. Juanito se sentó muy contento y en prueba de agradecimiento sacóle la lengua á su apuntador.
Pues eso quiere decir que por todas partes se va á Roma, y que cuando una deja la costura al medio día, de la hora que le queda para comer aprovecha la mitad para ver gente y tomar un poco el aire. Y ¡qué bonita era aquella amiga que la detuvo á usted esta mañana en la esquina del Puente!...; pero no es tan elegante como usted. ¿Una morena? Aquélla no es amiga; es costudera de sastre.
Al despedirse, Juliana dio besos a Obdulia, y a Frasquito un apretón de manos, ofreciéndose a plancharle las camisolas, al precio corriente, y a volverle la ropa, por lo mismo o menos de lo que le llevaría el sastre más barato.
Así es que no me sorprendería encontrar uno de estos días, en el gran mundo, a mi zapatero, a mi sastre y hasta a nuestros proveedores de caballos. ¡No diga usted semejante cosa! exclamó con indignación muy noble la señora de Blandieres, protestando en nombre de todas las señoras que, como ella, hacían profesión de tener salón abierto.
Tú, padre de tu hija, haces un traje sin tomar la medida de tu yerno; tu yerno ha de ajustárselo despues, y esta segunda hechura es una medida que tiene más peligros, porque el nuevo sastre no cuenta con toda la tela, sino con la tela que tiene el vestido que le dan, con la tela que tú le has dado.
Desde entonces se vio a Robillotti acompañado de un joven al parecer criollo, llevando con cierta elegancia un trajecito de saco, de esos que son una falsificación de última moda, hechos con toda conciencia por un sastre baratillero y que era de su misma opinión en todos los asuntos que trataban.
Palabra del Dia
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