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Actualizado: 25 de junio de 2025
12 Y dijo: Si los sirios fueren más fuertes que yo, tú me salvarás; y si los amonitas fueren más fuertes que tú, yo te salvaré. 13 Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga el SE
Como has desaparecido de la corte, como te has encerrado, temo que sea una verdad dolorosa lo que sospecho. Si la deshonra te amenaza confía en mí: yo te salvaré. Pero contéstame. Mañana á la noche estaré, después de las doce, á los pies de tus ventanas que dan á la calle excusada. Tanto tardó el duque en componer esta carta, que ya era de noche cuando concluyó.
7 Mas de la Casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré en el SE
De repente determinose una brusca sacudida en su espíritu, y tomándole la mano a su querida amiga y apretándosela mucho, le dijo con expresión de terror: «¿Qué te parece a ti, me salvaré yo?». ¿Pues qué duda tiene? replicó la otra tranquilizándola Dicen que aunque los pecados de una sean tantos como las arenas de la mar... figúrate tú la cantidad de arenas que habrá en todita la mar...
Ve, ve... hija mía... acabo de salvarte de un peligro... yo te salvaré de todos; adiós. Y partió hacia el alcázar. La Dorotea, atónita, asombrada, sin comprender lo que la sucedía, le vió desaparecer, se envolvió en el manto, y á paso lento, con la cabeza inclinada, pisando lodo, se encaminó á la calle Ancha de San Bernardo. El tío Manolillo corría como alma que lleva el diablo.
No tengo ahora la cabeza para cuentas, pero creo que arreglando tus negocios todavía salvaré algún piquillo de tu embrollada fortuna, y con esto y lo que yo os daré podréis vivir como viven esas personas honradas y modestas a las que llamáis cursis despreciativamente.... Seréis cursis, ¿lo entendéis?
Salvaré rápidamente los años que siguieron con sus desgracias fulminantes y su largo cortejo de sufrimientos. Ellos me dieron la madurez y me hicieron mujer. Ocho meses después de aquella noche, trajeron a papá a la casa en un adral; se había caído del caballo y sufría de graves lesiones internas. A los tres días murió.
Tenga solamente paciencia por una ó dos horas. Deme el tiempo de ir hasta el castillo, es lo más seguro. Esté cierta que guardaré el secreto, y salvaré su honor, como acabo de salvar el mío. Salí penosamente de los fosos y fuí á tomar mi caballo. Servíme de mi pañuelo para suspender y fijar mi brazo izquierdo, que me era enteramente inútil y me hacía sufrir mucho.
Aún siento su mano sobre mi rostro; aún abrasa mi mejilla. El que ha sido villano con una mujer, debía ser infame con su padre. De ese hombre quiero que me venguéis. Pues bien, ayudadme. Os ayudaré; pero para que os ayude es necesario que me salvéis. Sí, sí, os salvaré. Pero de un peligro inmediato. ¿Cuál? ¿No os dije que el tío Manolillo había matado á puñaladas al sargento mayor...? Sí.
ELECTRA. Pues sí. Ya sé lo que me espera: la soledad de un convento... MÁXIMO. Me temo que sí. De ésta no escapas. Digo, sí: te escapas... te salvaré yo... ELECTRA. Me has prometido ampararme. MÁXIMO. Sí, sí... Pues no faltaba más... Y ¿qué piensas hacer? dímelo... MÁXIMO. Ya verás... la cosa es grave... ELECTRA. Hablas con la tía... y...¿qué más? MÁXIMO. Pues... hablo con la tía...
Palabra del Dia
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