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Actualizado: 23 de mayo de 2025
La noche en que le hizo saber que el gobierno, las Cámaras, el cuerpo diplomático y hasta los artistas de la Comedia Francesa estaban saliendo á aquellas horas en trenes especiales para Burdeos, su compañero le contestó con un gesto de indiferencia. Otras eran sus preocupaciones. Por la mañana había recibido una carta de Margarita: dos simples líneas trazadas con precipitación.
Yo he visto algo semejante en el teatro saliendo por escotillón, envuelto en un sudario... Un espectro. Eso es ella, con su misma lividez y con la misma voz y el mismo miedo que infunde. Y ¡qué ojos los suyos! Me parecía que con la mirada me iba sacando todas las ignominias de mi vida para arrojármelas al rostro entre maldiciones. Y el caso es que este temor me tenía sobresaltada.
¡Estudiáis para clérigo! dijo haciendo un mohín de repugnancia la comedianta, á tiempo que salía Montiño de la alcoba. Ha ahorcado los hábitos dijo Quevedo saliendo tras Montiño. ¡Ah! he ahí una justicia que me agrada; y eso que no puedo ver á un ahorcado sin tener malos sueños. ¿Y qué diablos hacéis ahí, hijo Manolillo, doblado y redoblado? dijo Quevedo.
Fortunata, que estaba sentada frente a la puerta aquella, levantose de golpe, quedándose yerta y muda. Jacinta no aparecía. Se oyeron tan sólo sus sollozos. Estaba sentada en una silla, apoyando la cabeza en la cama de la santa. Esta se fue a ella y le dijo: «Perdónala, querida mía, que no sabe lo que se dice». Y usted... añadió, saliendo a la puerta , bien comprenderá que debe retirarse.
Colgando de las traseras de los carromatos balanceábanse racimos de chicuelos, que al menor vaivén caían en la arena, saliendo milagrosamente de entre las patas de los caballos.
Saliendo de entre las sábanas equívocas de su camastro, al fulgor luminoso del candilón, moribundo, famélico y derrotado, era más bien la alegoría espeluznante de la bohemia matritense.
Entonces [ellas] šaliendo del šepulchro con temor y gran gozo, fueron corriendo
¡Anda, Gabriel continuaba el campanero , no perdamos tiempo! Es cosa de un instante, y en seguida ¡a volar! ¡No dijo Luna con firmeza, saliendo de su ensimismamiento , no haréis eso, no debéis hacerlo! Es un robo lo que me proponéis, y mi dolor es grande viendo que para eso contabais conmigo.
Saliendo de este magnífico salon, que debia ser el del trono ó de embajadores, se encuentra á la izquierda el gabinete ó sala de SANTA ISABEL con una alcoba, en cuya estancia se dice que nació esta reina; tiene un balcon que cae perpendicular sobre la antigua mezquita ú oratorio árabe que hé descrito anteriormente.
Ambos callaban; pero la emoción de Maxi era más viva y difícil de dominar que la de su amigo. Y al poco rato, un llanto tranquilo, expresión de dolor verdadero y sin esperanza de remedio, brotaba de sus ojos en raudal que parecía inagotable. «Son las lágrimas de toda mi vida pudo decir a su amigo , las que derramo ahora... Todas mis penas me están saliendo por los ojos».
Palabra del Dia
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