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Actualizado: 4 de junio de 2025
Sólo podían contemplar el cielo de la parte de Italia, cada vez más obscuro, más denso, preparándose á dar paso á las primeras punzadas luminosas de las estrellas. Se cruzaron con varios pescadores que regresaban á sus viviendas cargados de cestos y redes. Alicia experimentaba inquietud en algunas revueltas completamente solitarias.
Y es muy de advertir que el arte, menos significativo en sus formas para los mismos que lo practican, que para nosotros que de lejos estudiamos sus sucesivas trasformaciones, como el que desde una eminencia observa perfectamente las varias revueltas de un magestuoso rio, ha eludido siempre las prohibiciones que tienden á separar é incomunicar las ideas; por lo cual, del mismo modo que las prácticas de la arquitectura arábiga habian logrado carta de naturaleza en los pueblos cristianos de España, así las prácticas de los africanos habrian hallado acceso entre los arquitectos del Califato á despecho de la guerra sangrienta que se hicieron Almagreb y Andalucía, si ya antes la amistad y fusion de estos dos Estados no les hubiesen dado fácil y halagüeña acogida.
-Pues vayan todos al corral -dijo el cura-; que, a trueco de quemar a la reina Pintiquiniestra, y al pastor Darinel, y a sus églogas, y a las endiabladas y revueltas razones de su autor, quemaré con ellos al padre que me engendró, si anduviera en figura de caballero andante. -De ese parecer soy yo -dijo el barbero. -Y aun yo -añadió la sobrina.
Abundan en árboles gigantescos, cuyas copas se elevan hasta doscientos pies y más sobre el suelo, ligados entre sí por espesas y revueltas lianas, y debajo de ellos hay una espesísima vegetación de árboles de mediano y pequeño tamaño, que detienen absolutamente los rayos del sol y que dejan sumida en la oscuridad toda la parte baja del bosque cercana a la tierra.
Hasta en la casa del eslavo y del ruso se ven las curvas revueltas y los techos de punta de los pueblos hindús. En nuestra América las casas tienen algo de romano y de moro, porque moro y romano era el pueblo español que mandó en América, y echó abajo las casas de los indios.
Y ¡qué escenas localiza en aquel sitio la imaginación! ¡Qué fondo aquel para un lienzo que representase el célebre motín en favor de los Comuneros, ó las sangrientas riñas á que dió ocasión D.ª María la Brava, ó una de aquellas temerarias revueltas contra los Franceses, coronadas luego de gloria por la batalla de Arapiles!
Juntos iban al puerto, tranquilo y solitario lago, cuya entrada era casi invisible por las revueltas entre las peñas del brazo acuático que lo comunicaba con el mar. Sólo de tarde en tarde aparecían en esta plaza cerrada de agua azul los mástiles de algún velero que venía a cargar naranjas para Marsella.
El marino aprovechaba todas las revueltas de la calle para cortar estas recomendaciones con sus besos. Ella avanzó remolcada por él, sin voluntad, como si fuera á dormirse marchando. Una voz cantaba con diabólica satisfacción en el cerebro del capitán: «¡Ya está madura!... ¡ya está madura!» Y seguía tirando de ella, siempre en línea recta, sin saber hacia dónde caminaba, pero seguro de su triunfo.
El carácter del zamboangueño es una mezcla de las mejores cualidades revueltas con todos los vicios; generosos y valientes, son muy amantes de los españoles, habiéndonos ayudado siempre en todas nuestras empresas al S. del Archipiélago; pero al reverso de ésto, viciosos y holgazanes, no encuentran mejor ocupación que la del juego; son pacíficos y muy temerosos de la justicia y amantes de la religión.
Teniendo á la vista un buen plano de la provincia de Tayabas, se comprende que necesariamente está llamado Guinayangan á ser uno de los puntos en que ha de arrancar la división de la isla de Luzón, poniéndose en comunicación el gran Pacífico con el Estrecho que aprisiona las revueltas ondas del mar de China. Guinayangan está situado en el seno de Ragay, en el desagüe del río Cabibijan.
Palabra del Dia
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