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Actualizado: 30 de abril de 2025
Que dentro de cinco años el desenvolvimiento pasmoso de la República Argentina, su industria desbordante, los inagotables recursos de su suelo, inspiren a nuestros hombres de Estado la resurrección de la doctrina Monroe en beneficio del pueblo argentino, nada más natural.
9 y por ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10 por conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte, 11 si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos.
35 las mujeres recibieron sus muertos por resurrección, unos fueron estirados, menospreciando la vida, para ganar mejor resurrección. 36 Otros experimentaron vituperios, y azotes; y a más de esto prisiones y cárceles. 38 de los cuales el mundo no era digno; errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
29 Varones hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que murió, y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 31 viéndolo antes, habló de la resurrección del Cristo, que su alma no fue dejada en el infierno, ni su carne vio corrupción. 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
La imagen de la esposa surgía en su memoria vivaz y atrayente, como en los primeros tiempos de su matrimonio. No era una resurrección del antiguo amor: esto resultaba imposible... Pero el remordimiento se la hacía ver idealizada por la distancia, con todas sus cualidades de mujer dulce y modesta; y el continuo recuerdo iba tomando la forma de un deseo amoroso.
La gente que paseaba por el atrio se fijó inmediatamente en él. «¡El príncipe Lubimoff!» Todos recordaban su yate, sus aventuras, sus fiestas, repitiendo su nombre como un eco de gloriosa resurrección.
Recordó que la Iglesia festejaba anticipadamente la Resurrección y que el cuerpo de Jesús había permanecido en el sepulcro hasta la mañana siguiente, y con aquella idea, al levantar los ojos al cielo, parecíale aspirar los aromas del divino sudario y como una sagrada frescura que bajara de las estrellas.
Las horas siguientes las pasó el príncipe silencioso y preocupado. ¡Tantas novedades de una vez!... La existencia de aquel hijo que nunca había podido sospechar; la amorosa feroz convertida en madre; sus lágrimas, su tormento silencioso que arrastraba como cadena expiatoria á través de una vida loca... Y por encima de todas estas sorpresas, la que él había experimentado en su interior, la resurrección del hombre de otros tiempos, la nueva caída en la servidumbre carnal, el doble latigazo recibido en su estructura nerviosa al aspirar el perfume del suave lienzo y al sentir en su frente la huella de sus labios...
3 y lo envió al abismo, y lo encerró, y selló sobre él, para que no engañe más a los gentiles, hasta que mil años sean cumplidos; y después de esto es necesario que sea desatado un poco de tiempo. 5 Mas los otros muertos no volvieron a vivir hasta que sean cumplidos los mil años. Esta es la primera resurrección.
Y en vez de indignarse por la crueldad con que mentía e intentaba engañar a su mujer, la viuda comenzaba a encontrarlo simpático, viendo en él como una resurrección de su segundo marido, de aquel doctor calavera al que tanto había amado. Si ustedes quieren, las acompañaremos Andresito y yo. Doña Manuela, animada por un instinto pudoroso, intentó excusarse.
Palabra del Dia
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