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Su rostro se transfiguró, abrió los ojos y me contempló como si viera una visión; pero luego que volvió en , sus facciones readquirieron su expresión de gravedad y de tristeza. ¡Vaya, vaya! ¿Qué tienes, hijita? dijo. Estas no son cosas que haces todos los días. Me rechazó suavemente, y también esta vez permanecí parada, abandonada a misma, con el corazón desbordante.

Iba, sin embargo, alegre, con el gozo desbordante del que sale de un largo encierro y no ve ante los ojos bastante espacio para su contenida actividad.

No era la alegría ruidosa, desbordante de colores y susurros, del huerto al aire libre inundado de sol; tenía la melancólica belleza del jardín monacal entre cuatro paredes, sin más luz que la que desciende a lo largo de los aleros y las arcadas, ni otras aves que las que revolotean en lo alto mirando con asombro un paraíso en el fondo de un pozo.

Ya no habrá información o conocimientos útiles que no estén disponibles, de manera que se eliminará la barrera principal a la comprensión internacional e interpersonal, y al desarrollo personal e institucional. Hará falta tener una imaginación más desbordante que la mía para predecir el efecto de este desarrollo sobre la humanidad."

Era una mujer entre los cuarenta años y los cincuenta, que todavía guardaba vestigios algo borrosos de una belleza ya remota. Su obesidad desbordante, blanca y flácida tenía por remate una cabecita de muñeca sentimental; y como gustaba de escribir versos amorosos, apresurándose á recitarlos en el curso de las conversaciones, sus enemigas la habían apodado «Cien kilos de poesía».

Este hombre esquelético admiraba con un entusiasmo concentrado, casi religioso, la desbordante exuberancia femenina como signo de salud, buen honor y virtudes domésticas... Pero Montaner, que se consideraba humillado por el silencio en que le dejaban sus compañeros, interrumpió a Manzanares.

En el público se hablaba del incidente en alta voz, y el ujier, levantando amenazadoramente el dedo, trataba de restablecer el silencio para mantener incólume el prestigio del tribunal. Mas el regocijo era tan desbordante, que se hacía muy poco caso de aquella advertencia. ¡Silencio! exclamó el presidente . Ujier, si alguno habla alto, hágale usted salir.

¿Qué eran esos monstruos de corteza elástica y que tanto daba de cuando la riqueza desbordante del mundo primitivo, donde no debían cuidarse de buscar nada, sumidos como estaban siempre en un mar vivo de alimentos, los hinchaban indefinidamente? De entonces acá han decrecido.

Que dentro de cinco años el desenvolvimiento pasmoso de la República Argentina, su industria desbordante, los inagotables recursos de su suelo, inspiren a nuestros hombres de Estado la resurrección de la doctrina Monroe en beneficio del pueblo argentino, nada más natural.

Los huesos de la muerta habían debido temblar cuando la compasiva mano colocaba la blanca ofrenda. Y él, temblando también, lloraba de gozo secreto, de gratitud desbordante, de tímida esperanza. Así, él vivía en la memoria, en el corazón de aquel ser adorado.