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Actualizado: 2 de junio de 2025
Disipáronse sus escrúpulos y reiteró los juramentos y las promesas más solemnes. Iba acabando de cerrar la noche, y un cuarto de amorosa luna hendía como un alfanje de plata los acumulados nubarrones. Por el camino real, mudo y sombrío, no pasaba nadie. La Tribuna se forja ilusiones
De pie, al borde del terraplén, de espaldas al abismo, parecía ser aquel su lugar natural, y el cuervo, dando vueltas a uno y otro lado, no conseguía alterarle. Yégof levantó el cetro, frunció las cejas y exclamó: ¡Hullin! Por segunda vez te reitero mi petición y tú por segunda vez la rechazas. Volveré a hacértela por última vez, ¿lo oyes?, por última vez. Después... ¡que se cumpla el destino!
De todos modos, aunque tan mal paso fuese posible, no se debía apelar á él sino apurados antes otros medios más prudentes y juiciosos. Reitero, con todo, mi afirmación. Creo capaz á Clarita de morir de dolor; pero no la creo capaz de prestarse al escándalo de un rapto. Entonces ¿qué quiere V. que yo haga?
Algo más duró el importante diálogo; pero don Gil, viendo que no sacaba partido de las tres pécoras, varió de asunto, aunque con poca fortuna, porque sus amigas le mostraron mucho despego durante toda la visita. Al fin determinó marcharse; se levantó, hizo mil cortesías, les reiteró su respeto y admiración, prometió volver pronto, y se fué.
¡Ave María purísima! compadeced al blasfemo dijeron los contrabandistas persignándose y estremeciéndose de horror. Muchos fervientes católicos hasta se buscaron sus cuchillos. El gitano, que no concebía la causa de este retraso, reiteró la señal con el cigarrillo encendido.
Adolfo estuvo también muy expresivo: acompañóles hasta la entrada de la cañería, y allí reiteró á Buby su ofrecimiento de presentarlo en el Polo-Club, y le recomendó por tercera vez el uso de las raquetas J. Tate del núm. 12, ó á lo más del 12-1/2. Las del 13 resultaban ya, para manos ratoniles, algo pesadas.
Colección Birch, pág. 142. Carta de M. de Beaumont á M. de Villeroy de 29 febrero 1604. La epístola produjo en Jacobo paroxismo de cólera; mesándose la barba tildó de animal á su Embajador en París y reiteró la orden que Pérez tuvo que cumplir, volviendo corrido al continente á saber que sin su agencia ni concurso se había firmado el tratado de paz en Londres en agosto de aquel año, 1604.
El desposeido príncipe reiteró lleno de agradecimiento sus humildes postraciones, ensalzando con esclamaciones de entusiasmo la generosidad y gloria de su protector.
Hizo luego de sí grata presencia El gran DON LUIS FERRER, marcado el pecho De honor, y el alma de divina ciencia. Desembarcóse el dios, y fue derecho A darle quatro mil y mas abrazos, De su vista y su ayuda satisfecho. Volvió la vista, y reiteró los lazos En DON GUILLEN DE CASTRO, que venia Deseoso de verse en tales brazos.
Todavía en la escalera les entretuvo unos momentos con su conversación desenvuelta e insinuante a la vez y les reiteró con gracia todos sus ofrecimientos. No consintió que Raimundo la acompañase. Se fué sola dejando una estela perfumada que éste aspiró con más placer que su hermana. Porque Aurelia luego que cerraron la puerta guardó silencio.
Palabra del Dia
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