United States or Réunion ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ya lo oyes, Amaury: bailaremos el próximo vals. Pero recuerda, Magdalena repuso Amaury, gozoso y turbado a un tiempo, que precisamente ése es el vals que debía bailar con Antoñita... Magdalena volvió vivamente la cabeza y sin pronunciar palabra interrogó a su prima con una muda mirada.

Siempre tan suspicaz, hija mía. Tu precoz espíritu crítico no hace más que martirizarte. Este agradecimiento tuyo, injustificado en este caso, me recuerda un gracioso episodio que te voy a contar. Hace dos años di otra fiesta en mi casa. Los jóvenes atendían a ésta muy poco. Petrona ha hecho cuanto ha podido para casarla y... nada ¡imposible! La criatura es incolocable.

Al reconocer al príncipe en el café, olvida al otro, y parece suplicarle con los ojos que abandone su asiento y vaya con ella á las terrazas. Se alejan los dos hacia el concierto, y Miguel vuelve á caer en su meditación... Recuerda su diálogo con don Marcos poco antes, cuando bajaban del cementerio. Toledo parece inconsolable. La guerra no ha terminado bien para él.

Después de cuatro siglos aun tu gloria existe aun recuerda el pueblo tu hazaña singular, que el tiempo ni los hombres la sangre que vertiste borrar no pueden ellos del suelo de Mactán. ............................................. ¡Oh, insigne Magallanes, bendita tu memoria! ¡Bendito aquel instante cuando cruzaste el mar, trayendo a estas regiones un nombre y una historia, y con la cruz de Cristo la luz de la verdad!

Hay sin embargo alguno que otro edificio gótico que recuerda la edad media y que presta colorido antiguo á la ciudad. La iglesia mas imponente y majestuosa de Viena es la de San Esteban: su elevado campanario domina todos los edificios y asoma su alta cabeza por encima de todo.

Busca en los repliegues de su memoria algo claro, preciso, fuerte, y no encuentra nada. ¿Es posible que no tenga ni una convicción seria? «Estoy convencido, Ivanov, de que usted no ha estudiado su lección de aritmética.» ¡No, no es eso! Luego recuerda fragmentos de artículos de periódico, de discursos que ha oído; ¿pero qué piensa él? ¿Cuáles son sus convicciones? ¡No las tiene!

Tanto por el monólogo, en que pinta el Amor su poderío, como por algunas otras particularidades, nos recuerda la Aminta del Tasso.

Saber del mal y del bien. Más sencilla en su traza, y de un fondo menos rico que la mayor parte de las obras de nuestro poeta, sobresale ésta, sin embargo, por su pintura de afectos. La noble y firme amistad de los magnánimos Don Pedro y Don Alvaro nos recuerda la excelente comedia de Alarcón, titulada Ganar amigos.

Esto me recuerda una de la mayores humillaciones de mi vida, un día en que mi pobre tía me sorprendió encaramada en una silla delante de la chimenea del comedor, con la nariz pegada al tremó, que tenía reflejos verdes, para verme más de cerca. Mi tía se indignó enormemente y me llevó, toda temblorosa, hasta la sacristía, donde estaba usted escribiendo en un gran librote.

Es un hombre bastante alto, de una juventud madura, y cuya cabeza recuerda bastante fielmente el tipo del rey Francisco I. Se le escucha como á un oráculo, y aun la señorita Laroque le concede todo el interés y admiración que parece capaz de concebir aún por las cosas de este mundo.