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Talvez no está léjos el día en que los pueblos que se llaman democráticos reconocerán que la democracia no puede ser una organizacion justa, y por lo mismo consistente y fecunda, sino á condicion de respetar y asegurar la armonía de estos dos derechos que, derivándose el uno del otro, forman juntos el derecho humano: el de la libertad completa del individuo, en lo que le es personal; y el de la autoridad soberana del mayor número social, libremente constituida, respecto de los intereses rigorosamente colectivos.

La excursión ofrecía poco peligro; la noche era clara, el camino hasta Zenda, muy concurrido y lo único que hice fue envolverme en una amplia capa. Un lacayo nos seguía a distancia. Tarlein dije al llegar a la población; en la posada adonde nos dirigimos hay una muchacha muy linda. ¿Cómo lo sabe usted? preguntó. Porque he estado en ella. ¿Desde?... No, antes. Pero le reconocerán a usted.

Sentíase después acosada por bravío tumulto de arpegios, escalas cromáticas e imitaciones, y se la oía descender a pasos de gigante, huir, descoyuntarse y hacerse pedazos... Creyérase que todo iba a concluir; pero un soplo de reacción atravesaba la escala entera del piano; los fragmentos dispersos se juntaban, se reconocían, como se reconocían, como se reconocerán y juntarán los huesos de un mismo esqueleto en el juicio final, y la idea se presentaba de nuevo triunfante como cosa resucitada y redimida.

Si le hubieran dicho antes de dejar París que iba a estar ausente siete u ocho meses, ¿comería tan buenas codornices? Cuando esté curada o le ocurra otra cosa, usted vendrá a París y entonces trataremos de buscarle una clientela, porque estoy segura de que sus enfermos, a excepción de , no le reconocerán.

Aunque tu no me veas pasar por tu lado, tus ojos me reconoceran como un objeto que no debe estar lejos, y que estaba cerca de ti habia muy poco. Cuando en este terror secreto volveras la cabeza, quedaras sorprendido de no verme con tu sombra sobre la tierra, y estaras obligado a disimular el poder cuyos efectos esperimentaras.

Llegará un dia, no lo dudo, en que las sociedades civilizadas reconocerán que la fecunda correccion del culpable y el deber supremo de la justicia exigen la íntima correlacion de tres instituciones: el lugar de castigo, la escuela, y el taller ó cosa parecida; y que el poder social no tiene plena autoridad para castigar, sino á condicion de instruir y moralizar al culpable, y abrirle, una vez arrepentido, la via infinita de toda rehabilitacion: la del trabajo, y la independencia personal.

Muy de veras me aflige no conservar el artículo de los consejos dirigidos a la Stolz para poder copiar aquí un trocito; pero como Julio Lemaître, en caso parecido, si no idéntico, vino a decir lo propio, pondré aquí algo de lo que dijo: «Vais le dijo, yo supongo que dirigiéndose a la Stolz , a mostraros a hombres de poco arte y de menos literatura, que os comprenderán mal, que os mirarán con el asombro que se mira una ternera de cinco patas, que verán en vos un ser extravagante y estruendoso, y no la artista infinitamente seductora; y que no reconocerán vuestro talento sino porque les costará caro el oíros».