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Actualizado: 27 de octubre de 2025
Clementina había echado los cierres de las ventanillas para no ser vista de algún conocido; pero en cuanto salieron de la Puerta de Alcalá pidió Raimundo que los bajase; por cierto con tan poca oportunidad, que en aquel momento cruzó a su lado una carretela abierta donde iban Pepe Castro y Esperancita Calderón, recién casados.
Encontráronse en la puerta de San Jaime con un tercer paseante, el cual, recién llegado del Oriente, les relató de un modo tan interesante la vida que había llevado en el Cairo y en Constantinopla, que en tan amena conversación pasó una hora o quizá más.
Mi madre tiene en compañía un sacerdote; llámase este venerable abate Chauveau y es hombre de mucho mérito. Esta mañana nos ha dicho misa. En el templo había un bautizo y esto me ha recordado a mis pobres hijos: los bautizos me enternecen siempre. He visitado hoy a una pobre mujer recién parida, enferma y sin recursos.
Los dos Dupont acompañaban a unos recién casados venidos de Madrid, enseñándoles las bodegas.
No experimentó sorpresa al ver cómo giraba la puerta del camarote sin que apareciese alguien en el espacio recién abierto. Luego, Nélida entró de golpe, o más bien, saltó, con la alegría de un gimnasta que llega al final de una carrera de obstáculos.
Por más que estaba seguro de que su Antonio, aquel inocente niño con cara triste, no tenía en el cuerpo diablo de ninguna especie ni resentimiento personal alguno con la Iglesia, Bonis reconocía el derecho de esta a tomar precauciones antes de admitir en su seno al recién nacido.
El ingenioso Alfonso Karr, que escribió la historia recién salida de los labios de aquella mujer, tuvo el exquisito tacto de no cambiar ni una sola palabra de su narración. Etretat no es precisamente lo que llamamos un puerto.
Vieron campos eternamente verdes, canales rumorosos en los que el agua parecía reir, caminos orlados de altos árboles, casitas blancas... Watson pensaba en los jardines frutales de California, y Robledo en la huerta de Valencia. El norteamericano fué el primero que salió de esta abstracción, señalando mudamente la pieza inmediata, donde se habían instalado los recién llegados.
Acogió Robledo con un gesto de asombro estas palabras crueles. Aunque soy mujer continuó ella , no me asustan esos combates. Federico se batió una vez por mí, cuando estábamos recién casados. Allá en mi país, varios hombres expusieron su vida por serme agradables, y jamás intervine para evitarlo.
Frente al Suizo, se colocaban los bolsistas, accionando en grupos, lamentándose de la decadencia de los negocios. Los pilluelos pregonaban á gritos los diarios recién llegados de Madrid.
Palabra del Dia
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