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Actualizado: 2 de junio de 2025
Los otros médicos del distrito eran recibidos por los enfermos con triste resignación. ¡Don Luis: sólo el doctor Aresti!
Su oración cotidiana consistía en memorar los bienes recibidos de aquella pródiga mano que salvó a su madre de la desesperación, la levantó de la ignominia y la honró haciendo del niño desvalido y miserable un hombre de sano corazón, enveredado por una senda segura de la vida.
Allí estaba la hospedería, donde eran recibidos los forasteros, ya fuesen legos o religiosos. Estaban también la librería, las sacristías, los guardamuebles y otras oficinas. En el segundo patio, al que se entraba por una puerta exterior, se hallaban abajo los almacenes para el aceite y arriba los graneros.
Burláronse los Boxos de su súplica, y le quitaron todo el susto, presentándole un cuchillo; y guiándolos el viejo, que bailaba de contento con aquel presente, fueron recibidos de los paisanos con gran benevolencia, á que correspondieron los neófitos dándoles algunas cosas de Europa, tenidas en poca estima entre nosotros, pero de ellos muy apreciadas.
Su hijo tenía que tratar gentes de todas clases, herejes y hombres sin religión; extranjeros que consumían los vinos de la casa, y al pasar por Jerez habían de ser recibidos con el agasajo que merecen los buenos clientes. ¡Ser buenos servidores del Señor y tener que tratar a sus enemigos como si fuesen iguales!
«Cuando Antonio Pérez fué acogido en Francia por el Rey vuestro padre, y por atenuar su miseria le acordó pensión, deseando el extranjero acreditar el reconocimiento de los beneficios recibidos y ofrecer testimonio de que no por desgraciado era ingrato, dió al mismo Rey tres avisos que no son de poca consideración: ROMA, CONSEJO Y MAR. La advertencia del anciano español, consumado en asuntos de Estado, no ha de considerarse tanto por la autoridad del que lo daba, como por su propio peso.»
La causa del rompimiento fué que cuando aquellos cinco Misioneros de quien poco antes hablé, llevaron consigo á la ciudad de la Asunción los más nobles de aquella nación, no fueron éstos recibidos de la ciudad con buena cara, temiendo que venían á reconocer la tierra y darles de improviso un asalto y saquearla; con todo eso, por respeto de los nuestros, los trató cortesmente el Gobernador, y acariciados con mil regalos y presentes se volvieron á sus tierras.
Wisio, interróguela y la verá llorar al solo recuerdo de los beneficios recibidos de los españoles. Crónicas de Nueva-York, de California y del Japón son buenos testigos á quienes preguntar sobre la caridad española. Las columnas de sus periódicos de cuándo en cuándo, se llenan con la relación de conmovedoras escenas en que la abnegación y el desinterés juegan en primer término.
El día que los orientales pidan, por la voz de un congreso, volver a ocupar su puesto en el seno de la gran familia, serán recibidos con los brazos abiertos y ocuparán un sitio de honor en la marcha del progreso, como lo ocuparon siempre en las batallas donde corrió mezclada su sangre con la argentina.
Como quiera que ello fuese, el reconocimiento que Duarte de Mendaña hizo de Morsamor, le sirvió de mucho, allanó dificultades, disipó recelos e hizo que el Rey le hablase y le recibiese en su corte. Recibidos ya en la corte Morsamor y su doncel Tiburcio, lograron pronto ser estimados y queridos. Las fiestas de todo género se sucedían entonces sin un momento de descanso.
Palabra del Dia
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