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Actualizado: 24 de junio de 2025
Facundo acomete la ciudad con todo su ejército, y es rechazado durante un día y una noche de tentativas de asalto, por cien jóvenes dependientes de comercio, treinta artesanos artilleros, diez y ocho soldados tiradores, seis coraceros enfermos, parapetados detrás de zanjas hechas a la ligera y defendidas por sólo cuatro piezas de artillería.
Lo que don Paco había visto, lo que había causado su enojo y su desesperación no era, por consiguiente, culpa de Juanita, sino inmotivado atrevimiento de don Andrés, quien, si algo logró por sorpresa, fue rechazado violentamente en seguida.
«Sí, hermanos míos, lo que quiere decir: Te he tomado de la mano para traerte de los lugares más alejados del mundo; te he llamado de los puntos más distantes; te he elegido y no te he rechazado; no temas nada, porque yo vengo a ti.
Me has rechazado, Jacobo, cuando estaba dispuesto á servirte. Estoy libre de todo deber respecto á ti. Adiós. Dió tres pasos hacia el salón y ya tocaba con la mano á la puerta cuando esta se abrió por sí sola y aparecieron Marenval y Vesín. Al mismo tiempo que ellos entró en la estufa un soplo de calor perfumado y un rumor de aplausos. Era que Jenny Hawkins acababa de cantar.
Esta vez Marta habló sin amargura, en el tono tranquilo y moderado que le era habitual, y, sin embargo, cada palabra me partía el corazón. ¡Oh, Marta! gritaba una voz dentro de mí. ¿Por qué me has rechazado? En eso ella soltó una risa breve y preguntó a Roberto cómo estaban en su casa, y lo que hacían mi tío y mi tía.
Su masa, contenida por una piedra ó un tronco de árbol que obstruye su lecho, se desvía un poco y va á chocar contra una orilla. Rechazado por el obstáculo, se dirige hacia la orilla opuesta, la hiere y, nuevamente rechazado, se lanza en sentido inverso.
Papá ha rechazado ya varios partidos, pero eso no me importa mucho, porque no tengo prisa. Esperaría tranquilamente hasta los veinte años; pero desearía saber si siempre se opondrá a que me case. Pregúntaselo. ¡Ah! ahí está el busilis prosiguió Blanca, algo turbada; te declaro que papá me da miedo, o más bien dicho, me intimida.
Si él sabe a tiempo la cosa, aquello se hubiera arreglado fácilmente, tapando la boca a la Pepa con un buen rollo de billetes; pero, arrojarla violentamente a la calle, al día siguiente de muerto el amo, vamos, había sido no mediana torpeza; es cierto que el juez había declarado no tener derecho a la sucesión y rechazado de plano la demanda; pero, ¡cuánto trabajo y cuántas desazones y cuánto tiempo había costado!
Aquella Monina, bellísima criatura de cuatro años, ídolo de su corazón por un fenómeno semejante al que hace a los grandes perrazos encariñarse con los niños, que le tiraba de las patillas y le hacía andar a cuatro pies, guiándole ella por una oreja, había rechazado un día un beso de sus aguardentosos labios, diciéndole con infantil repugnancia: ¡No..., que apesta!...
El dolor y el infortunio ofrecen a esas gentes un dominio de posibilidades mucho más vasto que el de la alegría y el placer; el campo de su imaginación es casi estéril en imágenes que alimenten los deseos y las esperanzas, mientras que está cubierto de recuerdos que son el eterno pasto del temor. «¿No existe alguna cosa que os agradaría comer?», le preguntaron a un viejo campesino que estaba muy enfermo y que había rechazado todos los alimentos que su mujer le había ofrecido. «No contestó , nunca he estado acostumbrado más que al alimento ordinario; y ya no lo puedo comer.» Su género de vida no había despertado en él ningún deseo de evocar el fantasma del apetito.
Palabra del Dia
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