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Actualizado: 13 de mayo de 2025
¡Admirable!..., ¡admirable! prorrumpió Ricardo, y en el colmo del entusiasmo tomó el ramo, le dio una porción de vueltas y poniéndolo después en el cestillo cogió una mano de la niña y se la llevó a los labios. Marta se puso tan encarnada como el geranio que llevaba en el pelo y la retiró velozmente.
Don Basilio era de los que sinceramente se alegraban del golpe de suerte que había tenido Juan Pablo. Aquel destino no era de su ramo, y por tanto, no lo envidiaba. Si se hubiera tratado de la dirección económica de una provincia, D. Basilio habría sentido tristeza del bien ajeno.
Una hora lo menos pasó dando vueltas por el parque meditando en ellas, cuando al cruzar por delante del banco donde estuviera sentado con la niña se fijó en que el ramo de ésta aun permanecía dentro del cesto, como lo había dejado, y ocurriéndosele que no estaba bien allí quiso llevarlo a casa. A la primera sirvienta con quien tropezó le preguntó dónde se hallaba la señorita.
Yo catorce; pero me corresponden dieciséis; Fulano, que estaba por debajo de mí en la Ordenación de pagos, tiene ya veinte, y yo llevo diez años con catorce. Pues yo decía D. Basilio , cuando estaba en mi ramo, llegué a veinticuatro por mis pasos contados. Con este desbarajuste que hay ahora, no se sabe ya por dónde anda uno.
La palabra talento expresa para algunos, una capacidad absoluta; creyendo equivocadamente que quien está dotado de felices disposiciones para una cosa lo estará igualmente para todas. Nada mas falso; un hombre puede ser sobresaliente, extraordinario, de una capacidad monstruosa para un ramo, y ser muy mediano y hasta negado con respecto á otros.
Y como Juan, al darle las gracias, le devolviese las flores que le había tomado para aliviarla, ella arrancó del ramo unas rosas, que le entregó, agregando: Tome usted para su boutonnière, y ahora apresúrese, que la campana de la comida sonará dentro de media hora.
Todos los días, en cuanto amanece Dios, le doy tres ó cuatro á María para que me compre buñuelos. ¡Sí darás! murmuró María-Manuela con mal humor. ¡Disgustos! ¡Y bofetás! añadió Velázquez riendo. Sólo los jueves por la tarde. Tengo ese ramo bien organizado. ¡Vaya, no te las eches de plancheta, hijo profirió la irascible María, que se va á creer la gente que te comes los niños crudos!
Cuando se hubo alejado de casa de la generala, cerca ya de la orilla donde Úrsula le aguardaba con su esquife, echó una mirada al ramo que llevaba en la mano, reflexionó que era grande y molesto para llevar a la iglesia, y diciendo: ¡A dónde voy yo con esta carga de hierba! lo arrojó al suelo, y siguió rápidamente su camino sin más pensar en él.
Sus habitantes que ascienden al número de mil ochocientos setenta, y seis, pertenecen á la nacion de los Moxos, y reunen á un carácter exelente y á una afabilidad estremada, una actividad la mas industriosa en el ramo de agricultura. Ayudados durante diez años por un buen administrador, los moradores de San-Ignacio han hecho inmensas plantaciones de cacao y de otros árboles productivos.
Temblábale la voz al principio; dos o tres veces tuvo que pasarse la mano, yerta, por la frente húmeda, y sin saber lo que hacía accionó con el ramo, cuyas cintas culebrearon como serpientes de llama, y carraspeó para deshacer un nudo que le apretaba el galillo.
Palabra del Dia
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