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Actualizado: 11 de junio de 2025
Despues lo compra la duquesa de Montpensier, Ana María Luisa, la heroina de la Fronda, por quinientas mil libras. Luego pasa á manos de la duquesa de Guisa y de Alençon, en 1672. Más tarde, á fines del mismo siglo XVII, en 1694, fué propiedad de Luis XIV. Posteriormente Luis XVI se lo regaló al conde de Provenza, que reinó despues con el nombre de Luis XVIII.
Era esta una morenita muy agraciada, que no tenia mas que mil y quinientas varas de estatura, pero que con sus gracias reparaba lo chico de su cuerpo. ¡Ha cruel! exclamó, despues que te he resistido mil y quinientos años, quando apénas me habia rendido, no habiendo pasado arriba de cien años en tus brazos, ¡me abandonas por irte á viajar con un gigante del otro mundo!
Estando en traje de penitente, se le leyó la sentencia, abjuró de levi, y advertido, reprendido y conminado, fue condenado en quinientas libras y en cinco años de destierro en una Villa con confinación en el Reino, pena de diez años de Galeras.
15 Y luego que acabó las medidas de la Casa de adentro, me sacó por el camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midió todo alrededor. 16 Midió el lado oriental con la caña de medir, quinientas cañas de la caña de medir en derredor. 17 Midió al lado del norte, quinientas cañas de la caña de medir alrededor. 18 Midió al lado del mediodía, quinientas cañas de la caña de medir.
No pase vuestra merced adelante, que de eso pienso apelar, y no con las mil y quinientas, sino a mi juez, por no causar perjuicio a mi hábito y dignidad; y en prosecución de ella gastaré lo que tengo. Bueno es que yo, siendo eclesiástico, hubiese de padecer ese agravio. Yo probaré que las coplas de poeta clérigo no están sujetas a tal premática, y luego quiero ir a averiguarlo ante la justicia."
Si hubiera yo de seguir contando y pintando circunstanciadamente las cosas, escribiría un tomo de quinientas o seiscientas páginas. Demos, pues, punto aquí: y, gracias a que este artículo no peque por largo, y a que tenga el lector la suficiente indulgencia, vagar y calma, para leerle todo sin enojo, fatiga ni bostezo.
El profesor nos decía hace poco lo que gana: unas quinientas pesetas al mes; menos que cualquier empleado del Casino. Yo voy á ser franco igualmente. Vivo en el Hotel de París: Atilio Castro no puede estar alojado en otra parte: debe conservar sus amistades. Pero paso grandes apuros muchas semanas para pagar mi cuarto, y como en malos restoranes, en bodegones italianos, cuando no me convidan.
Y del palacio se sale al jardín, que es la primera maravilla. De rosas nada más, hay cuatro mil quinientas diferentes: hay una rosa casi azul. En una tienda de listas blancas y rojas venden unas mujeres jóvenes las podaderas afiladas, los rastrillos de acero pulido, las regaderas como de juguete con que se trabaja en los jardines.
Mas sele cargan quinientas libras por el propio de veinte y vna libras y cinco sueldos de Censo al fuero de quatro libras y cinco sueldos por ciento que en 26 de Mayo haze dha. Mas se le cargan cien libras por el propio de quatro libras y diez sueldos de Censo, que en 20 de Septiembre haze dha.
Allí se cultivan los mismos frutos que en los otros distritos; pero la coca es el solo objeto importante del comercio de trueque. Tambien hay en Apolo como de dos mil á dos mil quinientas cabezas de ganado, y si fuesen sus habitantes algo mas hacendosos y prolijos, tendrian ciertamente todo género de bienes en abundancia.
Palabra del Dia
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