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Actualizado: 23 de junio de 2025


Por esta causa, las vigas de la plaza se resquebrajaron y crujieron, no pudiendo soportar una sacudida tan violenta y toda una parte del anfiteatro se hundió bajo los pies de los espectadores.

Por ejemplo: las distancias de los cuerpos se calculan por consideraciones geométricas: si la relacion de distancias es variable, pudiendo estar un cuerpo en muchos lugares á un mismo tiempo, la geometría resulta falsa.

No pudiendo tolerar Leon de Castro, catedrático de hebreo en la de Salamanca, hombre envidiosisimo, que Felipe II hubiese dado á un doctor de Alcalá el cargo de dirigir la edicion de la Biblia, comenzó á clamar contra ella, poniéndole tachas, y aun diciendo que Arias Montano habia seguido en los pasajes mas importantes la leccion errada que solian darles los judíos; i que esto era en ofensa de la religion de Cristo.

Quizo Dios que se les acabó la comida á los indios, y no pudiendo mantenerse mas, levantaron el sitio y se fueron: con lo cual descansamos, y mas con dos bergantines que enviaba nuestro capitan de Buenos Aires, con bastimento y municiones, para que nos pudiésemos mantener hasta que volviese, que nos causó grande alegria.

¡Le tiene asco al toro! ¡Le ha tomado miedo!... Y hasta los más fervorosos partidarios de Gallardo callaban avergonzados, no pudiendo explicarse este suceso nunca visto. La gente parecía gozarse en su terror, con la valentía intransigente del que se halla en lugar seguro.

Podrán decir que usted no viene a rezar el rosario conmigo; podrán creer que yo interesadamente alboroto a usted y le levanto de cascos, y podrán censurar que pudiendo ser yo nietecita de usted, tire a ser su novia y tal vez su amiga.

Se puede, por tanto, sostener como verdad irrefutable la afirmada ya por el italiano Riccoboni, y repetida después por Dieze, que los españoles poseen más comedias que los italianos y franceses juntos, y pudiendo añadirse otro par de naciones más, sin incurrir por esto en exageración.

A las dos de la tarde ya emparejó seguro, mediante Dios, no pudiendo seguir mas adentro por tener la corriente encontra.

Marcharía a Pekín; descubriría la familia de Ti-Chin-Fú; casándome con una de las señoras, legitimaría la posesión de mis millones; daría a aquella casa letrada su antigua prosperidad; para calmar el espíritu irritado del Mandarín celebraría pomposos funerales; iría por las provincias miserables distribuyendo arroz y donativos; y una vez obtenido del emperador el botón de cristal que ostentan los Mandarines, substituiría a la personalidad del Ti-Chin-Fú, pudiendo así restituir legalmente a su patria, sino la autoridad de su saber, al menos la fuerza de su oro.

No pudiendo acomodarme a las injustas preferencias del Topero, complacíame algunas veces en ponderarle, trayendo el asunto por los cabellos, las valentías de Chisco y sus prendas de mozo casadero, de las que, a mi modo de ver, debían de estar codiciosas las mejores mozas de Tablanca. ¡Válgame Dios, qué pujar entonces el de Pepazos, qué sudar el de sus carrillos, qué revolcones los suyos sobre el banco, qué bailar entre sus manos aceleradas el de la «zapita», mientras el Topero metía por la almadreña la cara envuelta en humaredas de la pipa de rabo corto que nunca retiraba de su boca!

Palabra del Dia

vorsado

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