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Actualizado: 22 de junio de 2025


Nueve veces, señora respondió tétrica, sepulcralmente, la Esfinge ; nueve... ¡nueve mil puñaladas! Para las últimas, no había en el corazón un sitio sin una herida ensangrentada. Ya no le parecía a la marquesa tan fea ni tan extraña aquella mujer. La carga de tales y de tantos dolores lo justificaba todo a sus ojos.

Pero no tengo tiempo que gastar contigo... estoy de prisa... añadió el bufón con una sonrisa horrible, con la sonrisa de un loco ; ¿te acuerdas de que una noche llevabas á esa niña recién nacida en los brazos?... ¡Oh! era una noche muy obscura: de repente un hombre se arrojó á ti y te dió tres puñaladas.

Largó, pues, el saetazo de protesta; respondieron las otras con las respectivas puñaladas; comenzó a reír la madre sin ton ni son; entrole miedo a Nieves; miró a su padre que la comprendió enseguida; despidiéronse con la mayor prudencia posible, y sin saber, afortunadamente, de qué se trataba, salieron de la visita, oyendo desde el portal no obstante la batahola de aletazos y cacareos del averío al dispersarse temeroso , la que quedaba armada arriba entre las cuatro mujeres.

Cuando la corrida era popular, bajaba a la arena la muchedumbre, atacando en masa al toro, hasta que conseguía derribarlo, rematándole a puñaladas. No existían las corridas de toros continuaba el doctor . Aquello eran cacerías de reses bravas... Bien considerado, la gente tenía otras ocupaciones y contaba con otras fiestas propias de la época, no necesitando perfeccionar esta diversión.

Una partida le da alcance; hace frente, libra una verdadera batalla, que permanece indecisa por algún tiempo, hasta que, dando muerte a cuatro o cinco, puede continuar su camino, abriéndose paso todavía a puñaladas por entre otras partidas que hasta San Luis le salen al paso.

La ha agarrado de la mano, al padre se la llevó: toma allá, padre, tu hija, que me ha jugado traición. Que con el aretín, que con el aretón. Llévatela , mi yerno, que la iglesia te la dio; la ha agarrado de la mano, al campo se la llevó. Que con el aretín, que con el aretón. Le tiró tres puñaladas y allí muerta la dejó, la dama murió a la una, y el galán murió a las dos.

Muy distinto de Ibarra y López, que no gustan sino de defenderse en su territorio, él acometerá el ajeno y se apoderará de él. Así la Providencia realiza las grandes cosas por medios insignificantes e inapercibibles, y la unidad bárbara de la República va a iniciarse a causa de que un gaucho malo ha andado de provincia en provincia levantando tapias y dando puñaladas.

Estando pues aquí, ha comenzado El demonio sus cosas tan usadas; Salazar que con otros se ha juntado A Juan de Osorio dan de puñaladas. Envidia y cobardia lo han causado, Por ser las obras dèl tan señaladas: A don Pedro hicieron que creyese Que le iba en esta muerte el interese. Al principio el error, aunque pequeño, Grandìsimo se hace al fin y cabo.

«No sospechaba aquel ciego, tan inoportunamente alegre y decidor, que su amigo, su mejor amigo, al romper la marcha el tren había tenido tentaciones de arrojarse al andén; y después, de tirarse por la ventanilla a la vía, y correr, correr desalado a Vetusta, entrar en el caserón de los Ozores y coser a puñaladas el pecho de una infame...».

Aquella mirada quería decir «venciste, ahora , ahora me ha llegado a las entrañas el veneno». De Pas estaba pensando que los miserables, por viles, débiles y necios que parezcan, tienen en su maldad una grandeza formidable. «¡Aquel sapo, aquel pedazo de sotana podrida, sabía dar aquellas puñaladas!». Después don Fermín se acordó de su madre; su madre no le había hecho nunca traición, su madre era suya, era la misma carne; Ana, la otra, una desconocida, un cuerpo extraño que se le había atravesado en el corazón....

Palabra del Dia

rigoleto

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