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Actualizado: 20 de mayo de 2025
La figura 25 da idea exacta de dichas proporciones y del prodigioso tamaño del astro que distribuye en nuestro sistema la luz y el calor. Para representar al Sol, la Tierra y la Luna en sus verdaderas proporciones de tamaño y de distancia, habría que disponer las imágenes de esta manera. La Luna debería hallarse representada por un grano de munición de 1 milímetro de diámetro.
El mundo, este prodigioso y múltiple espectáculo que nos rodea por todas partes, ha pasado por varios períodos, ha sufrido diferentes cambios; y á cada una de esas mudanzas, á cada una de esas renovaciones, por decirlo así, se ha dado el nombre de civilizacion; de modo, que podrémos decir que ha pasado por varias civilizaciones.
Es sorprendente el estruendo que se percibe por donde quiera que se va, trabajo prodigioso que en todas partes se revuelve y se agita, creacion incesante que se desarrolla en tantas esferas, para dejarse luego ver bajo formas tan gigantescas y variadas. ¿Cómo no? Es un coloso el que se mueve: cada movimiento no puede menos de presentar una faz del coloso.
Entusiasmado por la generosidad con que pagaban sus trabajos astronómicos, compuso una décima en que llamaba á los Orejones protectores de la ciencia. El niño crecía. Inútil es decir que durante su infancia parecían adquirir fundamento las esperanzas de sus padres. ¡Qué precocidad! Todo lo que el niño hacía era prodigioso nunca visto ni oído.
Hubo otra pausa. Se quedó pensativo y miró dos o tres veces de soslayo a su hermana, como si no se atreviese a manifestarle lo que cruzaba por su mente. Al fin se aventuró a decir: Todavía tengo que pedirte otro favor, Julita. Ya sé cuál es: que escriba a Maximina, ¿verdad? ¡Qué talento tan prodigioso!
Tal mortal afortunado fué nuestro amigo Martinán. Este incansable polemista iba en camino recto de hacerse rico. El consumo de su taberna había crecido de modo tan prodigioso que ya no le bastaba el vino y aguardiente que por el puerto de San Isidro le traían los arrieros de León; él mismo se vió necesitado á hacer algunos viajes á Palencia y traer algunos carros bien cargados.
Doña Martina dejó de perseguir a su hija y se sentó a la mesa, aunque murmurando amenazas; aquélla también se sentó mirando recelosa a su madre; D. Bernardo, haciendo un prodigioso esfuerzo de diplomacia para sobreponerse a su justo desabrimiento, entabló conversación con el coronel.
Se acordó de la mujer blanca, de fuertes pechos y ojos sin pupila, que había visto sobre la cabeza del presidente del Consejo. Pero á continuación quiso creer que el recibimiento triunfal era para ella... Marchaba entre fusiles, acompañada de trompetas y tambores, como una reina. Su defensor la vió más alta que nunca. Parecía haber crecido un palmo, con prodigioso estiramiento.
Al contrario, bueno es que ostente la hermosura, que es obra de Dios; y la mujer que se esconde y no sale, impide que se admire una obra de Dios, cual es la hermosura. Esa joven es un ejemplar prodigioso de las hechuras de Dios, y haciendo que todos la vean es como se publican las alabanzas del autor de tantas maravillas.
Y sólo ahora, ahora que está muerta, comprendo claramente hasta qué punto se sentía miserable y quebrantada, allí tendida sobre los cojines, ella que ordinariamente se mostraba para sí y para los demás tan altiva y estricta. Era como si algún prodigioso dolor hubiera roto en ella el resorte íntimo de la vida. Hoy veo todo eso claramente; entonces nada veía, nada quería ver.
Palabra del Dia
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