Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de junio de 2025
No disimule vuesa Reverencia si quiere probarme su afición, que nunca daña saber por dónde habemos de ser combatidos. Vamos, invenciones de bellacos... que vuestra merced ha estado a punto de renegar de la fe de Nuestro Señor Jesucristo... que llevaba noticias a los conversos... que la riña fue por cuestión de la paga...
Con violencia llamo a sus puertas para que se me abran. Con ajenjo me alimenta Dios para probarme, y en balde le pido que aparte de mí ese cáliz de amargura: pero he pasado y paso en vela muchas noches, entregado a la oración, y ha venido a endulzar lo amargo del cáliz una inspiración amorosa del espíritu consolador y soberano.
Hablé por tanto rato, que el cura quedó como aturdido. Pasamos la tarde en charlar y disputar. El cura desplegó todo su talento oratorio, para probarme que la resignación es una virtud llena de sabiduría y fácil de alcanzar. ¡Ah, mi cura le respondía con toda seriedad, no sabéis lo que es el amor! Créeme, Reina, con un poco de buena voluntad olvidarás y te sobrepondrás fácilmente a esta prueba.
«Señora: «Agradezco infinito al periódico que me procure el honor de escribir a usted sobre un asunto que tanto me interesa. »Soy soltero y estaría bastante resuelto a casarme, si tuviese la suerte de encontrar una mujer que me gustase a mí y no a la servicial persona que quiera mediar para probarme que tal joven me conviene muchísimo.
¡Oh! ¡Si viera usted cuántos trabajos he pasado por todos estilos! Las travesuras de mi hija no me dejaban ni un ratito de sosiego. Luego, Dios nuestro señor quiso probarme con unos dolores tan fuertes de cabeza, que pensé volverme loca. Estos dolores me vinieron, sin duda, al ver que la fortuna ganada por mi pobrecito esposo se iba deshaciendo poco a poco y no podía hacer nada para remediarlo. Claro, a nosotras las mujeres nos engañan con mucha facilidad. ¿Qué sabía yo de administrar ni regir unos negocios tan complicados? Entonces fue cuando pedí auxilio a este bendito señor que usted tiene delante. Y en seguidita que él se puso al frente, las cosas cambiaron de golpe, y todo comenzó a ir como una seda.
Tendí al anciano mi mano, que apretó con fuerza y nos separamos. Vuelto al pequeño cuarto, que ocupo bajo el techo de esta casa, que ya no me pertenece, he querido probarme á mí mismo que la certidumbre de mi completa ruina no me sumergía en un abatimiento indigno de un hombre.
Esforzose en probarme que la calma es una gran cualidad en todos los actos de la vida; que cada cosa debe hacerse a su tiempo y lugar, y que, después de todo, no le parecía que una almohada fuese un compañero de danza muy agradable y...
Palabra del Dia
Otros Mirando