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Los bienes de madre son míos; ella me quiere con toda su alma y hará por los mayores sacrificios. No dude usted, pues, de que dentro de seis meses tendrá los ocho mil reales que ahora me preste, sin necesidad de que yo me venda para pagárselos.

Toma esa flor humilde é inodora, Y si quieres que viva eternamente Báñala con el rayo de occidente Que en tus sienes aun vierte resplandor; Refrésquela el recuerdo de otros años, Reanímela benévola sonrisa, Y que de dos edades una brisa Le preste su perfume y su frescor.

Basta la palabra de un hombre de bien... No hay motivo para tanta aflicción ni ese es el camino. Una existencia humilde y sin los desasosiegos de la ambición, puede hacerla a usted dichosa. La señora marquesa me ha autorizado para ofrecer a usted un auxilio siempre que se preste a dar a esta enojosa cuestión un corte rápido y decisivo.

Atención sostenida presté yo a estas y otras muchas razones del licenciado Lobo, el cual, para que nada faltara en su inexplicable benignidad y cortesanía, al tiempo de despedirme díjome que quizás pudiera proporcionarme algunas lecciones de latín, si me hallaba con ánimos, puesto que era tan gran humanista, de ganarme el pan con la enseñanza.

En algodón se acueste, rodeado de ricas colgaduras, y su alcázar le preste seguridad en dóricas figuras; que yo sin tanto muro duermo en mi choza mucho mas seguro. Despiértenle á la aurora lisonjeros amigos y criados, y tenga de hora en hora visitas de señores estimados; que yo con mejor salva recuerdo cuando me despierta el alba.

"Seguramente Julio no se enamorará nunca, si no encuentra en el mundo un ser así, sobrenatural, como Legeia. Afortunadamente, no hay Ligeias..." "3 de mayo. "Hoy volvió a visitarnos Adriana Zumarán. La llevé a mi cuarto, le mostré mis libros, le presté uno. Estuvimos conversando mucho. No podría soñar, como amiga, nada mejor. También a Zoraida y a Carmen les gusta mucho.

Se nombró madrina del oficiante a D.ª Eloisa, por indicación de aquél. Ninguna tenía mejor derecho para ello; pero todas se creían con tanto, y esto volvió a originar secretos resentimientos y algunas palabrillas desagradables. El preste volviose hacia el pueblo y cantó con voz débil y temblorosa: Dominus vobiscum.

Señá Benina, ¿está usted en sus cabales? En ellos estoy, Teresa Conejo, como lo estaba cuando te presté los mil reales, y te salvé de ir a la cárcel... ¿No te acuerdas? Fue el año y el día del ciclón, que arrancó los árboles del Botánico... habitabas en la calle del Gobernador; yo en la de San Agustín, donde servía... que me acuerdo. Yo la conocí a usted de que comprábamos juntas...

«Acabada la Salve y letanía dijo el Maestre, que allí es preste; «digamos todos un credo á honra y honor de los bienaventurados Apóstoles, que rueguen á nuestro Señor Jesucristo nos buen viajeLuego dicen el credo todos los que le creen.

Deseoso de aprovechar tan providencial ocasión para regresar á mi país y reanudar la santa empresa de la Independencia del pueblo filipino, presté entero crédito á las solemnes promesas del Cónsul Americano, y le contesté que podía desde luego contar con mi cooperación de levantar en masa al pueblo filipino, con tal de que llegára á Filipinas con armas ofreciendo hacer todo cuanto pudiera para rendir á los Españoles, capturando la plaza de Manila, en dos semanas de sitio, siempre que contára con una batería de 12 cañones.