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Actualizado: 30 de junio de 2025
Aunque propiamente hablando solo era Imam el Califa, por ser el único verdadero gefe y cabeza en lo civil y religioso, no obstante por similitud se daba el mismo nombre al Alfaquí que dirigia ó presidia en la mezquita los ritos y ceremonias. El Alfaquí, pues, era Imam ó cabeza dentro del templo para lo relativo al culto.
Pero llegaba la ronda y el racimo de pillos se deshacía, cada cual corría por su lado. La ronda la presidía el señor Magistral, de roquete y capa de coro; en las manos, cruzadas sobre el vientre, llevaba el bonete; a derecha e izquierda, como dándole guardia caminaban con paso solemne acólitos con sendas hachas de cera. La ronda daba vueltas por el trascoro, las naves y el trasaltar.
Presidía los trabajos el P. Gil, como coadjutor interino, pero la mayor parte de las damas atendían ya más a las indicaciones del P. Narciso. La noticia de su triunfo había volado por todo Peñascosa, y las señoras, con su inclinación nativa a todo lo que brilla y alcanza éxito lisonjero en el mundo, comenzaban a sentir de nuevo cierta ternura por él.
Los artistas se amparaban bajo su manto; hallaban en ella la mano que los sostenía y la luz que los guiaba. En torno suyo juntábase lo más selecto que el arte español había producido en los últimos tiempos, formando un divino cenáculo sólo comparable al que la reina de Navarra presidía allá en los tiempos de la Edad Media.
No obstante, al servirse la primer entrada comenzaron a dialogar los vecinos de mesa, y el rumor creciente de las conversaciones envalentonó a los mozos, que pisaron ya más recio. Presidía la mesa el viejo de blanca barba, y la teatral nobleza de su figura completaba la decoración.
El consejero presidía con toda su grandeza estas diabluras de los amigos, sesudos negociantes de los puertos anseáticos que gozaban de grandes créditos en el Deutsche Bank ó tenderos instalados en las repúblicas del Plata con una familia innumerable.
Don Joselito, maestro de primeras letras, verboso y entusiasta, que presidía el comité del distrito, era un joven de origen israelita que llevaba a la lucha política el ardor de los Macabeos y estaba satisfecho de su morena fealdad picada de viruelas, porque le daba cierta semejanza con Dantón. El Nacional oíale siempre con la boca abierta.
El profesor Flimnap se proponía entrar ahora en las habitaciones particulares de uno de los altos señores del Consejo Ejecutivo, que momentáneamente era el presidente del supremo organismo. Cada uno de los cinco individuos del Consejo lo presidía durante un mes, cediendo su sillón al compañero á quien tocaba el turno.
Inmutable en su grosero pedestal, la estatua, que en anteriores siglos había asistido al tumulto de Oropesa y al motín de Esquilache, presidía ahora el espectáculo de la actividad revolucionaria de este buen pueblo, que siempre convergía á aquel sitio en sus ovaciones y en sus trastornos.
El día entero lo pasa en esas batallas parlamentarias... supongo que el verdadero ministro es el subsecretario. Gambetta, el tan llorado y popular tribuno, presidía cuando M. de Cassagnac desafió en plena Cámara a M. Goblet, subsecretario de Estado. Estaba yo presente ese día. ¡Qué escándalo mayúsculo!
Palabra del Dia
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