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Actualizado: 24 de junio de 2025
No se asuste usted; no es el de la Creación: un enigma más modesto, el de la venida de mi mujer a Peñascosa hace unos meses... Entérese usted de esa carta. El joven presbítero tomó de las manos del mayorazgo la que le presentaba y se puso a leer: *
Muchas veces en los documentos de la España árabe se hace mencion de bibliotecas, que no eran sino una coleccion completa de los libros sagrados del viejo y nuevo Testamento, ó propiamente hablando biblias: y de esta especie eran la biblioteca que el conde Adulfo costeó para la iglesia de S. Acisclo, segun se colige del epigrama primero de Cipriano, arcipreste de Córdoba, y la famosa del presbítero Leovigildo que celebró en una larga é ingeniosa composicion poética Alvaro Cordobés.
El presbítero, hermano de Pérsida, se ha apoderado de Trifena, no quiere que se case con un pagano y se empeña en que se consagre en los altares y en que viva entre las vírgenes del Señor. Trifena logra escapar y busca amparo entre los brazos de su padre. Amotinado el pueblo cristiano y guiado por el clero fanático, viene en busca de Trifena y quiere llevársela.
Elenita y el pollo desconocido, que ya se habían asaeteado bastante con los ojos, comenzaron a charlar por detrás de la cabeza de jabalí del presbítero don Alejandro, que tenía las enormes cejas temerosamente fruncidas y el rostro contraído por una expresión de dolor y de ira que ponía espanto. Finalmente, y esto era lo que verdaderamente me interesaba, Gloria y Suárez no cerraban la boca.
Pasó á Barcelona el presbítero Tyrso, que alcanzó gran favor entre el pueblo predicando y administrando los Sacramentos, aunque como intruso, en una iglesia de la ciudad.
Cuando un toro enorme, de muchas libras, cuello grueso e intenso color negro, llegaba a la suerte de banderillear, el Nacional se colocaba con los brazos abiertos y los palos en las manos, a corta distancia de él, llamándolo con insultos: ¡Entra, presbítero!
Oiga usted, amigo dijo al cabo con mal humor un presbítero que reventaba de gordo y se había quitado el alzacuello para comer mejor. ¿Es usted el encargado de las cédulas personales? Sánchez le miró estupefacto. ¿De las cédulas?... No, señor.
Este poeta dramático estuvo al servicio del cardenal Don Fernando de Austria, y vivió en Bruselas en el año de 1640. Felipe Bernardo del Castillo, muerto en 1632, famoso por sus autos. Juan de la Porta Cortés, presbítero y notario apostólico. Juan Antonio de la Peña .
Tenía varios espías, verdaderos esbirros de sotana. El más activo, perspicaz y disimulado, era el segundo organista de la Catedral, que ya había sido delator en el seminario. Entonces iba al paraíso del teatro a sorprender a los aprendices de cura aficionados a Talía o quien fuese. Era un presbítero joven, chato, favorito de la madre del Provisor doña Paula. Se apellidaba Campillo.
Representaba una colina, el Calvario; y por el estrecho sendero que conducía al lugar del suplicio, iba subiendo lentamente Jesús, con la cruz a cuestas, y el rostro vuelto hacia un fraile que allá en lontananza se echaba otra cruz al hombro. Aunque malo el dibujo y peor el desempeño, respiraba aquel grabado una especie de resignación melancólica, adecuada a la situación moral del presbítero.
Palabra del Dia
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