United States or Japan ? Vote for the TOP Country of the Week !


El gitano estaba tan acostumbrado a semejantes escollos, que se aventuró sin temor por aquel pasaje, y después de haber navegado con una destreza maravillosa, hizo cargar todas las velas y desarbolar largando los obenques, que no estaban establecidos sobre un sitio fijo, sino sobre las garruchas; de modo que al cabo de algunos minutos la tartana, que tenía muy poco calado, había quedado lisa como un pontón y enteramente oculta por las rocas que disimulaban el canal por la parte del mar.

No se veía mas que la entrada de un río entre la niebla espesísima. En medio de la bruma de un cielo polar se destacaban promontorios avanzados, grises, sin vegetación, y hacia tierra pantanos negros, por encima de cuyas aguas inmóviles volaban nubes de pájaros. Todavía seguía el crepúsculo cuando nos acercamos al pontón.

-Los dos se comprometieron a obedecerme ciegamente. Al otro día le hablé al capataz. Le dije que, efectivamente, habíamos estado en un pontón presos por cuestiones políticas; que habíamos visto rondando la finca a uno de la policía inglesa, y que teníamos que marcharnos. Añadí que estábamos muy contentos de su acogida y que le suplicábamos que, si le preguntaban algo de nosotros, no dijera nada.

Yo puse como condición previa que no nos defendiéramos ni matáramos a nadie. Era tan difícil salir del pontón, ganar la costa y salvarse, que había que pensar que teníamos cien probabilidades contra una de volver. Comenzamos los preparativos, Ugarte había recibido dinero y estaba dispuesto a pagar.

La puerta no estaba abierta; Pensé si alguien habría advertido en la casa que la cerrasen aquella noche; quizá la cerraron por el viento. Me asomé a la ventana. La altura no era grande. Salté a la calle. Encontrándome solo, sin la compañía de Allen y de Ugarte, me sentía más enérgico y con mayor miedo de ser preso. Todo, antes de volver al pontón.

Hubiéramos podido bajar desde allá al mar por una de las cadenas que sujetaban el pontón; pero esta cadena se hallaba tan iluminada por la luz del fanal de popa, que tuvimos miedo de que nos viese la guardia. Allen ató la cuerda en uno de los barrotes de la barandilla, y al otro extremo las tablas que nos tenían que servir para atravesar los pantanos.

Y la causa es, porque van Tan llenas de mercancias, Que aunque vogasen seis dias, Un ponton no alcanzarán. Nosotros á la ligera, Y sueltos como el fuego, Y en dandonos caza, luego Pico al viento, ropa fuera, Las obras muertas abaxo, Arbol y antena en crugia, Y ansi hacemos nuestra via Contra el viento, sin trabajo.

¿Qué voy a hacer en el Ministerio? protestó Jacinto, contrariadísimo. ¡Rascarte! y sobro todo, no me pongas los pies en la Bolsa, porque te mando a un pontón. Vos también, papá... se atrevió a insinuar el muchacho. Yo puedo hacerlo contestó el padre; pero ustedes, mequetrefes pelagatos... ¡qué audacia! he aquí la época...

La mañana del miércoles nos encontrábamos ya a bastante distancia del pontón para no temer que diesen con nosotros. Habíamos aprovechado el tiempo. Si llegábamos a tener vientos favorables, podíamos arribar a Francia. Nos faltaba un plano; pero para salir del mar de Irlanda, a pesar de la niebla, el rumbo era bastante.

Con la triple velocidad del Ródano, de la hélice y del viento mistral, extiéndense las dos orillas. De un lado está la Crau, una llanura estéril y pedregosa. Del otro, la Camargue, más verde, que prolonga hasta el mar su hierba corta y sus marismas cuajadas de cañaverales. En cada pontón vese una quinta blanca y un ramillete de árboles.