Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de junio de 2025
Es inagotable el repertorio de anecdotas de que está llena la memoria de los pueblos con respecto a Quiroga; sus dichos, sus expedientes, tienen un sello de originalidad que le daban ciertos visos orientales, cierta tintura de sabiduría salomónica en el concepto de la plebe. ¿Qué diferencia hay, en efecto, entre aquel famoso expediente de mandar partir en dos el niño disputado, a fin de descubrir la verdadera madre, y este otro para encontrar un ladrón?
Unos la juzgaban de un modo y otros de otro; pero en general María excitaba vivas simpatías, y en mucha gente, sobre todo entre la plebe, ejercía cierta fascinación, como todo lo que es extraordinario y hasta cierto punto maravilloso. Pasaba por una santa.
Todo aquel día, había estado doña Paula en su lecho, quejándose de una fuerte opresión en el lado izquierdo, que le dificultaba mucho el respirar. No le gustaba llamar al médico, por esa antipatía invencible y aun terror que tiene la plebe a la ciencia.
En cuanto al objeto de los tumultos de la plebe contra los judios, está declarado en la crónica que de Enrique III dejó compuesta el insigne caballero Pero Lopez de Ayala, según se verá por las siguientes palabras: E todo esto fué cobdicia de robar, mas que devocion.
Subió a los desvanes, pasó por el sitio a que él y los de su pandilla nombraban chupatorium por ser el escondrijo donde fumaban, y al fin se encontró solo. Los rugidos de la plebe sonaban lejos abajo. Rodriguín, al sentirse en salvo, perdió súbitamente las milagrosas fuerzas que le habían hecho volar, y cayó sin sentido.
Castigar estos escesos de la plebe quisieron el alguacil mayor de Sevilla don Alvar Perez de Guzman i los dos alcaldes Rui Perez de Esquivel i Fernan Arias de Quadros, i para ello prendieron á varios del pueblo, cabezas en aquellos desmanes, i mandaron azotar á dos públicamente el miércoles de ceniza dia 15 de Marzo del año de 1391.
Los judíos en tanto por temor de la plebe ocultaban sus riquezas, i se presentaban los mas poderosos como de mediana suerte, i los de mediana suerte como misérrimos: por lo cual miraban con sumo desden el comercio, i sus tráficos eran tan solo en cosas de poco valor, i de ningun provecho.
Su nombre corrió entonces de boca en boca entre la plebe. Era el simpático Damián de Goes, que privaba mucho con el soberano.
Hallándose el tío Traga-santos en esta santa ocupación, asomaron por los caminos de Cabezudo y Barbaruelo numerosas turbas de masas populares que se dirigían hacia Animalejos al furibundo grito de: «¡Muera el tío Traga-santos!», grito que no tardó en encontrar eco en Animalejos mismo, cuya plebe empezó á agitarse furiosa, formando cuerpo con la forastera: toda aquella muchedumbre se encaminó, rugiendo de furor, al cerrillo de San Isidro.
La verdad era que el tipo aristocrático no se perdía, pese a la chusma que no quiere clases. Aquella niña en cuanto la habían separado de una vida vulgar, en poder de un padre extraviado y liberalote, y la habían alimentado bien, había recobrado el tipo de la raza. Se votó por unanimidad que era hermosísima. La plebe opinaba lo mismo que la nobleza, y la clase media era de igual parecer.
Palabra del Dia
Otros Mirando