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Actualizado: 10 de junio de 2025


Eran como la torre de la catedral, que cubría con su mole una gran parte del cielo, ocultando millones y millones de mundos. Y sin embargo, era de una pequeñez insignificante, comparada con la inmensidad que ocultaba; menos que la parte infinitesimal de una molécula: nada. Así eran las religiones. Parecían grandes porque estaban muy próximas al hombre, ocultándole la inmensidad.

Al cabo vió el morador de Saturno una cosa imperceptible que se meneaba entre dos aguas en el mar Báltico, y era una ballena: púsola bonitamente encima del dedo, y colocándola en la uña del pulgar, se la enseñó al Sirio, que por la segunda vez se echó á reir de la enorme pequeñez de los moradores de nuestro globo.

Yo estaba contenta, y mi fealdad, mi pequeñez y mi facha ridícula no me importaban, porque él no podía verme, y allá en sus tinieblas me tenía por bonita.... Pero después.... Después... murmuró Golfín traspasado de compasión . Ya veo que yo tengo la culpa de todo. La culpa no... porque usted ha hecho una buena obra.

Vuestra majestad no tiene que ocuparse de esa pequeñez dijo fray Luis . Vuestra majestad ha querido que ese caballero tenga un medio honroso de vivir y ya le tiene. Lo demás importa muy poco.

Despues de muchos viages llegó un dia Micromegas al globo de Saturno; y si bien estaba acostumbrado á ver cosas nuevas, todavía le paró confuso la pequeñez de aquel planeta y de sus moradores, y no pudo ménos de soltar aquella sonrisa de superioridad que los mas cuerdos no pueden contener á veces.

El vaso es demasiado grande para una lágrima: es cierto. Pero también la gota se pierde en el mar... y sin embargo, allí está. Salvatierra siguió hablando, como si quisiera convencerse a mismo. ¿Qué significaba la grandeza o la pequeñez? En una gota de líquido existían millones de millones de seres, todos con vida propia: tantos como hombres poblaban el planeta.

El ser viviente, se extiende en algun modo al tiempo en que habrá cesado de existir, encerrando en mismo los gérmenes reproductivos; no solo es para propio, sino tambien para los otros; en su pequeñez, no es mas que un imperceptible eslabon de la inmensa cadena de la naturaleza; pero este eslabon vibra, por decirlo así; y sus vibraciones se propagan hasta los confines mas remotos.

Pelirroja y pecosa, descarnada y puntiaguda de hocico, llamábanle en el taller la Comadreja, mote felicísimo que da exacta idea de su figura y ademanes. Bien sabía ella lo del apodo; pero ya se guardarían de repetírselo en su cara, o si no.... Ana tenía por verdadero nombre, y a pesar de su delgadez y pequeñez, era una fierecilla a quien nadie osaba irritar.

Esto habla muy alto en favor del hombre, que á pesar de su pequeñez, que en el Océano se palpa mejor que en parte alguna, se lanza atrevido á sulcar sus piélagos y abismos, marchando entre tempestades y truenos, solo, en una miserable lancha, porque eso es en el Océano el mas colosal navío, una lancha; allí va el hombre, solo, pero con Dios encima de su cabeza.

Cuando se quedó solo con él, Bailón le dijo que era preciso tuviese filosofía; y como Torquemada no entendiese bien el significado y aplicación de tal palabra, explanó la sibila su idea en esta forma: «Conviene resignarse, considerando nuestra pequeñez ante estas grandes evoluciones de la materia... pues, ó substancia vital. Somos átomos, amigo D. Francisco, nada más que unos tontos de átomos.

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