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Actualizado: 15 de noviembre de 2025
»Respondióme á esta petición el cacique: » Te aseguro, Padre, por el amor que te tengo, que si vas, tú y todos tus compañeros, pereceréis de sed.» Hasta aquí el P. Miguel, que oyendo esto se retiró aparte para encomendar á Nuestro Señor aquel negocio.
Esteban contrajo el rostro con una expresión sombría oyendo a su hermano. Es inútil que te esfuerces, Gabriel. Nada conseguirás. ¿Te he negado algo? ¿No estoy dispuesto a todo por mi hermano?
24 Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra. 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a Sarepta de Sidón, a una mujer viuda. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; mas ninguno de ellos fue limpio, sino Naamán el sirio. 28 Entonces todos en la sinagoga fueron llenos de ira, oyendo estas cosas;
8 Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó al Señor con toda su casa; y muchos de los corintios oyendo creían, y eran bautizados. 9 Entonces el Señor dijo de noche en visión a Pablo: No temas, sino habla, y no calles; 10 porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer mal; porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.
24 Y siendo despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 25 Y no la conoció hasta que dio a luz a su hijo Primogénito; y llamó su nombre JESUS. 2 diciendo: ¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3 Y oyendo esto el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él.
Palabras que valen más que un discurso, y que dan que discurrir; cuando uno oye, por ejemplo, la palabra conspiración, cree estar viendo un drama entero, y aunque no sea nada en realidad. Cuando uno oye la palabra libertad, sólo ella, solita, cree uno estar oyendo una larga comedia.
Sí, te quiero repetía Pepita. Por mí no temas, no seas niño, nunca me dirás adiós. Bebé, ¡dulce bebé! exclamaba con entusiasmo el ingeniero. ¡Cuánto te amo! ¡Qué feliz soy!... Y el aña Nicanora, que los seguía á corta distancia, oyendo muchas de sus palabras, sonrió con cierta lástima.
En cambio el partido católico tiene consigo toda la riqueza del país y toda la aristocracia, pero le hacen falta jóvenes, por lo cual no es difícil que un muchacho de valer como usted logre distinguirse pronto... Créame á mí, señorito, créame á mí... Es el Evangelio lo que usted está oyendo.
Oyendo qualquiera la Palabra del reyno, y no entendiendo [la], viene el Malo, y arrebata lo que fue šembrado en šu coraçon. Ešte es el que fue šembrado junto
21 Le dice Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. 22 Y oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que el rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos.
Palabra del Dia
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